Lupa sobre la narcopolítica

El Congreso de la Nación está impul­sando la creación de una Comisión Bicameral de Investigación (CBI) para inquirir e indagar sobre este flagelo que tiene cada vez mayor presencia en Paraguay: el financiamiento de la política con dinero ilí­cito, proveniente principalmente de actividades ilegales como el narcotráfico. La Cámara Baja lo aprobó por unanimidad y es ahora el Senado el que deberá proseguir con el trámite para que en la brevedad posible cinco diputados y cinco sena­dores investiguen los tentáculos del dinero ile­gal en las campañas políticas. A pesar del largo debate que se ha sucedido en los últimos años, esta es la primera vez que el Congreso Nacional se ocupará de manera directa de este asunto que –hay que reconocerlo– no solo es un problema nacional, sino que se extiende a lo largo y ancho de América Latina.

Los congresistas han levantado la vista para mirar ya no de reojo este asunto, luego de que saltaranlas alarmas con casos que salpican a legisladores de este período parlamentario ini­ciado el pasado 1 de julio.

El caso más importante, y grave, esel que invo­lucra a Ulises Quintana, diputado electo del AltoParaná, quien estaba vinculado seriamente con Reinaldo Cabaña, alias Cucho, un poderoso capo narco del este del país. Este fue detenido en un operativo de las fuerzas de seguridad, en el queademás cayeron fiscales, policías y civiles. Quin­tana estáhoy en prisión por tráfico de drogas en calidad de cómplice, enriquecimiento ilícito, lavado de dinero y tráfico de influencia. Otro caso llamativo es el de los familiares del dipu­tado colorado Feddy D’Ecclessiis, del departa­mento de San Pedro.

La cuñada del legislador aparece como la propietaria de una estancia en la que los agentes de la Senad hallaron avione­tas que formarían parte de la red aérea utilizada para trasladar cargas de drogas. La mujer está imputada y su cuñado legislador, aunque está en la mira de los investigadores, goza de ciertacomodidad por sus vínculos con el gobierno.

Sin embargo, las alertas se dispararon hace un par de semanas atrás cuando un abogado casi desconocido, Marcial Valdez, defensor de “Cucho” Cabaña, dejó entrever que su cliente habría tenido participación financiera en la campañadel entonces candidato y hoy presi­dente de la República, Mario Abdo Benítez.

Se celebra desde este espacioeditorial la ini­ciativa del Congreso paraguayo con relación alsiempre urticante asunto del narcotráfico y sus vínculos con lapolítica, un flagelo que lamentablemente se ha infiltrado en variosde los países del continente como México o Colombia.

Es clave que las pesquisas que realice esta CBI no dejen dudas sobre aquellos elementos que seríanutilizados por las organizaciones cri­minales para financiar una campaña política, y desmontar con esta infiltración que tiene el potencial de socavar la credibilidad de las ins­tituciones y delsistema democrático mismo.

El caso de “Cucho” Cabaña, y otros, ha demostrado que el dinero ilícito se ha infiltrado en todos los estamentos como en las organizaciones y parti­dos políticos, en los despachos de jueces y fisca­les así como en dependencias policiales o mili­tares, convirtiéndose de esta manera en una verdadera amenaza para las instituciones y para la seguridad del país, que tanto pondera el actual gobierno.

Es oportuna entonces la creación de esta CBI por lo expuesto, pero también porque en la actua­lidadexiste una debilidad legal en cuanto a la regulación y control del financiamiento político, herramienta que hoy es frágil precisamente por­que el Congreso hasta ahora no ha tomado conseriedad este asunto.

La investigación es clave, sin dudas; pero tam­bién lo es tener una legislación adecuada y sólida para evitar que el dinero de la droga llegue a la política. Clave y necesario. La salud de la demo­cracia en el Paraguay está en juego.

LN