El amor y la devoción por Chiquitunga llegó hasta los cielos

La sonrisa perenne de una joven Chiquitunga, adornada con sus inconfundibles y perfumados jazmines hicieron vibrar a los miles de fieles de todas las edades que llenaron el estadio en donde se realizó la ceremonia de beatificación.

Además de la solemnidad de un acto religioso tan importante, hubo manifestaciones de amor y de reconocimiento a la nueva beata, destacando su humildad y alegría. La ceremonia fue brillante y acompañada del mejor tiempo soleado, con un cielo que hizo honor a la belleza y serenidad de Chiquitunga.

Hubo números musicales, representaciones teatrales y testimonios de fieles que fueron favorecidos por una gracia de María Felicia de Jesús Sacramentado. Abundaron los momentos emotivos y la felicidad de los rostros de los miles de presentes fueron el mejor marco para resumir una jornada gloriosa y feliz. LN