Trabajamos más de un tercio de nuestro tiempo

Una útil variable para contrastar el nivel de actividad con los resultados de la economía lo constituyen las horas trabajadas, dado que estas aumentan cuando estamos en expansión y disminuyen cuando estamos en recesión.

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Christiano, L. y Fitzgerald, T. (1998) así lo comprendieron y utilizaron la horas trabajadas en los Estados Unidos para mediante ellas registrar y explicar el comovimiento que se da durante los ciclos económicos. Entre sus conclusiones se destaca que la cantidad de horas trabajadas en los distintos sectores sube y baja de manera conjunta (comovimiento) durante las cuatro etapas del ciclo económico: expansión –> cima -> recesión -> fondo.

La Encuesta sobre Uso del Tiempo – EUT (2016), realizada por la Dgeec, constituye una herramienta inicial que más adelante podría ayudar a realizar estudios similares. Analizamos a continuación algunos de sus resultados y otros de la EPH Empleo.

¿A QUÉ NOS DEDICAMOS?

Los paraguayos destinamos más de un tercio del total de horas semanales, el 38%, a trabajar, ya sea que percibamos una remuneración, 21,5% de las horas disponibles, o nos dediquemos a alguna actividad no remunerada, 16,5% de las horas semanales.

Es así que aproximadamente el 54% de las personas se dedica a alguna actividad productiva, porcentaje que es mayor en el caso de los hombres pues el 65,5% de ellos trabaja en un empleo remunerado, se traslada hacia y desde sus lugares de trabajo, se dedica a actividades agropecuarias de autoconsumo, entre otras actividades.

Aunque el porcentaje de mujeres que se dedica a alguna actividad productiva también es importante, 42,2%, la diferencia entre ambos grupos reflejaría el hecho de que en nuestra sociedad las personas de sexo masculino tienen más oportunidades de empleo y en gran parte de los casos sus ingresos son la principal fuente para el sostén del hogar.

Este último hecho es reforzado con el resultado referente a quienes se dedican a las actividades domésticas, el 91,6% de las mujeres realiza actividades domésticas no remuneradas, dedicándole en promedio de 18,3 horas semanales, quedando a su cargo de esta manera gran parte de la atención del hogar.

En el caso de las horas trabajadas, los hombres dedican en promedio 49,5 horas semanales a algún trabajo remunerado, mientras las horas destinadas a su ocupación principal son 44,7, es decir, en promedio, destinan casi 5 horas a alguna otra actividad remunerada. En el caso de las mujeres, ellas trabajan en promedio 40,4 horas semanales, dedicando 36,8 horas a su ocupación principal. Las diferencias entre el tiempo empleado en un trabajo remunerado y el dedicado a la ocupación principal, nos mostrarían que para muchos los salarios o remuneraciones percibidas en esta última son insuficientes para cubrir las necesidades o vivir el estándar de vida adecuado.

Otro resultado de la EUT a analizar es el promedio de horas semanales que las personas emplean para llegar a los lugares donde desempeñan su ocupación principal: 4,8 horas para los hombres y 3,6 horas para las mujeres. Estos datos incluyen el área rural donde la mayoría trabaja dentro de su finca o en lugares cercanos, por lo que difieren de la realidad cotidiana de las personas que residen en el área urbana donde los traslados requieren de más tiempo debido a la expansión horizontal de los barrios donde vive la gente y la concentración de los empleos en determinadas ciudades hacia las cuales deben trasladarse las personas.

MEJORAR CALIDAD DE HORAS TRABAJADAS

En cuanto al sector al que se dedican mayoritariamente las personas, según la EPH 2015, este es el terciario, es decir: comercio, restaurantes y hoteles, servicios comunales, sociales y personales, y otros. Es así que el 60,9% de la población ocupada trabaja en este tipo de actividades. Si bien este sector ha ido evolucionando, aun persisten en el mismo las actividades informales que hacen que el tiempo dedicado a ellas sea inestable, los ingresos percibidos sean variables y disminuyan las posibilidades de las personas para acceder a un sistema jubilatorio.

Respecto a los ingresos percibidos por las horas trabajadas, uno de los datos disponibles en la EPH nos muestra que el 33,6% de las personas asalariadas gana menos del salario mínimo vigente, lo que refleja la baja calidad de sus empleos y las conduciría a trabajar más horas en actividades complementarias a su ocupación principal.

Los datos mencionados nos hablan de interesantes niveles de participación en la actividad económica y de horas trabajadas, pero con una calidad de empleo que merece atención. Por un lado, cabría potenciar la productividad de las horas empleadas fortaleciendo las capacidades de las personas. Por el otro, es necesaria la adopción de medidas y de políticas orientadas a la formalización de las actividades y a la generación de empleos estables que inserten nuestra producción en las cadenas de suministros más competitivas. De este modo las horas dedicadas por las personas a trabajar serían más beneficiosas para sí mismas y para la sociedad y contribuirían efectivamente al crecimiento y al desarrollo. 5dias