Reforma fiscal planteada por el gobierno no incluye impuesto a la soja

El Gobierno presentará en la próximas horas ante el Parlamento una propuesta de Reforma Fiscal basada en el aumento de algunos tributos, principalmente en lo relativo al Impuesto Selectivo al Consumo, y en un mayor control del gasto público. La propuesta gubernamental deja de lado la propuesta de gravar la exportación de granos en estado natural, impuesto que podría dejar importantes ingresos para el país.

La Reforma Fiscal, que fue discutida casi exclusivamente con el sector empresarial, pretende aumentar el 1% la presión tributaria del país y según cálculos del Ministerio de Hacienda dejaría a las arcas estatales unos 800 millones de dólares al año; la reforma apunta fundamentalmente a aumentar las tasas del Impuesto Selectivo al Consumo en productos como tabaco, alcohol, bebidas azucaradas y otros rubros; además aumentará la rigidez del Impuesto a la Renta Personal al limitar la posibilidad de deducciones. Los representantes del Ejecutivo reconocen que estas reformas son muy moderadas y no modificarían sustancialmente la inequidad tributaria en el país ya que la presión tributaria continuará siendo la más baja de la región y los impuestos indirectos, principalmente el IVA, seguirán siendo la principal fuente de ingresos, aún así la propuesta gubernamental aún no logra el apoyo de los gremios empresariales.

El gobierno dejó de lado en esta propuesta de reforma la posibilidad de gravar la exportación de granos en estado natural, este impuesto que fue propuesto en varias ocasiones por sectores campesinos y ciudadanos dejaría al país unos 300 millones de dólares al año. Al mismo tiempo el gravamen ayudaría a que las trasnacionales agroexportadoras contribuyan al fisco ya que actualmente sólo aportan el 0,6% de lo recaudado por el Estado en materia de impuestos a pesar de ser uno de los sectores que más riquezas acumula.

El impuesto a la exportación de granos también había sido recomendado por Hilal Elver, Relatora Especial sobre el Derecho a la Alimentación de la Organización de Naciones Unidas (ONU), en un informe sobre la situación de este derecho en Paraguay de marzo del año 2017, “Promulgar una ley introduciendo impuestos sobre la exportación de granos, incluyendo la soja, ya que podría contribuir a aumentar el ingreso fiscal y por ende el gasto social” dice textualmente la recomendación emitida por la Relatoría Especial al Estado Paraguayo. Por su parte la economista Verónica Serafini, en el Informe Con la Soja al Cuello 2017, señala que “el sector agropecuario es uno de los más beneficiados con los privilegios tributarios, tasas más bajas y exoneraciones o deducciones tributarias, lo que determina el bajo aporte al fisco, frente a los beneficios que recibe del crecimiento económico” y agrega que la ciudadanía e incluso organismos internacionales sugieren ampliar la base impositiva de manera a aumentar la contribución del sector agrícola a las recaudaciones tributarias.

Si bien la propuesta de Reforma Fiscal del Poder Ejecutivo no incluye el gravamen a la exportación de granos, este impuesto figura en la agenda parlamentaria y la Cámara de Senadores tiene previsto tratarla en su sesión del próximo 16 de mayo. La iniciativa de gravar la exportación de granos en estado natural lleva ya varios años, en 2013 el entonces Presidente Horacio Cartes había vetado una Ley similar que había sido aprobada por el congreso y el año pasado el Senado había planteado posponer la discusión del mismo en espera de la reforma tributaria elaborada por el ejecutivo.

El cultivo de soja transgénica en Paraguay, ocupa alrededor de 3.5 millones de hectáreas generando costos sociales y ambientales sumamente elevados. Los casos de afectaciones a la salud humana por el uso de plaguicidas, el desplazamiento de miles de campesinos que se ver forzados a abandonar sus tierras, el acelerado deterioro medioambiental y la deforestación son algunos de los efectos más graves que genera la actividad sojera en el campo paraguayo.