¿Las preocupaciones acaban con tu día? Intenta despejarte
Hay preocupaciones que estallan y que no pueden solucionarse o encararse en un único día. El tiempo pasa y la vida nos va poniendo a prueba a veces extremadamente difíciles, que acaparan toda nuestra energía emocional y no nos permiten desprendernos.
Uno puede atravesar un momento laboral difícil, ver un posible despido en el horizonte, o tal vez tener que asumir la enfermedad de un familiar o conflictos de pareja. A veces es inevitable pensar todo el tiempo en estos problemas, pero eso va llevando a que todo quede sumergido en ese gran agujero negro que nos va consumiendo.
Si bien es imposible abstraerse por completo u olvidarse del tema, lo que puede ser muy útil, sobre todo cuando se trata de problemas crónicos o que llevarán bastante tiempo, es intentar tener un momento del día que te lleve por otros caminos, que te permita despejarte, sabiendo que luego, a una hora determinada, podrás volver a confrontarte con el problema.
Puede ser una gran ayuda decir: de tal hora a tal hora pensaré en el problema y en ese rato de hoy intentaré buscar soluciones o pensar cómo me haría mejor actuar ante esta situación.
Eso puede ayudar a que en el resto del día no sientas esa carga tremenda en la mente y el corazón, que puedas darte una pausa o estar con otros sabiendo que luego te ocuparás de los asuntos más problemáticos. Incluso puede ayudarte a analizarlos o enfrentarlos de otra manera.