La caída del poderoso clan de los González Daher en Luque

Andrés Colmán Gutiérrez

Eran más poderosos que el propio presidente de la República. A esa conclusión llegó en 2002 el entonces fiscal anticorrupción Alejandro Nissen, cuando inició una investigación contra altos personajes del mundo político que tenían en su poder lujosos automóviles mau (de procedencia ilegal, sin documentos y presuntamente robados).

En la lista de los investigados estaban el presidente de la época, Luis Ángel González Macchi, su esposa Susana Galli, y el diputado colorado luqueño Óscar González Daher, entre otros. Nissen no tuvo inconvenientes para incautar el auto BMW del jefe de Estado y el Mercedes-Benz de la primera dama, pero cuando intentó hacer lo mismo con el Mercedes-Benz SLK del diputado González Daher, este se negó a entregarlo y movió sus influencias como presidente del Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados (JEM) para destituir al agente fiscal.

“A las 9.40 de la mañana imputé a González Daher, una hora después ya me comunicaron que estaba suspendido en mi cargo”, recuerda Nissen. Asegura que el propio ex fiscal general del Estado Óscar Germán Latorre se prestó a allanar su oficina y a desmantelar su unidad. Había logrado procesar al presidente de la República y sacarle su auto ilegal, pero no lo pudo hacer con el diputado González Daher. “Él y los miembros de su clan eran más poderosos que el mismo presidente”, concluye Nissen, quien tras ver frustrada su carrera como fiscal llevó su caso a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).

El episodio es solo un ejemplo de cómo operaba el poderoso clan González Daher desde su feudo político en Luque, hasta que la aparición en 2017 de unos audios de conversaciones telefónicas que pusieron en evidencia sus operaciones ilegales de tráfico de influencia, sumados a un cambio de coyuntura política al interior del Partido Colorado (la victoria del abdismo sobre el cartismo), marcaron el inicio de la caída de quienes hasta entonces eran considerados intocables.

Óscar González Daher perdió su investidura de senador en dos ocasiones, y fue imputado en setiembre de 2018 por enriquecimiento ilícito, lavado de dinero y declaración falsa, junto con su hijo Óscar González Chaves. Ambos acabaron presos (aunque ahora se encuentran con arresto domiciliario y con permiso para trabajar de 8 a 18 hs.) mientras sigue el juicio). Ahora, su hermano Ramón González Daher, ex presidente de la Asociación Paraguaya de Fútbol, fue imputado por lavado de dinero y usura junto a su hijo Fernando González Karjallo, y ambos también están presos. Una situación que resultaba impensable apenas tres años atrás.

IMPERIO LUQUEÑO Al igual que otros clanes de caudillos surgidos en diversas regiones del país, Óscar y su hermano Ramón González Daher empezaron a construir su feudo político en su ciudad natal, Luque, en los años 80, bajo el padrinazgo del autoritario y corrupto sistema que regía durante la dictadura stronista.

Óscar fue primero presidente de la Juventud Colorada de Luque, concejal departamental de Central, diputado y luego senador, presidente de la Seccional Colorada N° 1 de Luque, mientras con su hermano Ramón también tejían su red de poder en la dirigencia del fútbol, presidencia del Club General Díaz y vicepresidencia del Sportivo Luqueño. Ramón llegó a la vicepresidencia y la presidencia interina de la Asociación Paraguaya de Fútbol (APF). Mientras, con participación de hijos, sobrinos y otros parientes, fueron estableciendo un sistema de apropiación de inmuebles a través de la usura, prestando dinero a personas que lo necesitaban con intereses que llegaban hasta el 100%, en un nivel absolutamente ilegal, según la actual investigación de la Fiscalía.

El esquema extorsivo aplicado era el siguiente, según testimonios de las víctimas. Cuando el plazo de devolver el dinero se cumplía, los deudores acudían a pagar, pero los González Daher y sus referentes no se hacían encontrar. Entonces, vencido el plazo, se apropiaban de los inmuebles, por los que ni siquiera pagaban impuestos inmobiliarios, o lo hacían declarando valores muy bajos.

En agosto de 2010, Última Hora y Telefuturo publicaron una serie de reportajes investigativos demostrando que Óscar González Daher —entonces presidente del Congreso—, evadía el impuesto inmobiliario de numerosas propiedades, con la complicidad de su pariente, el intendente colorado Raúl Karjallo, quien era miembro del mismo clan. Ya se evidenciaban los nexos de su empresa Príncipe di Savoia en un presunto esquema de evasión y lavado de dinero. El entonces fiscal anticorrupción Arnaldo Giuzzio abrió una investigación sobre 65 inmuebles que pertenecían a OGD, pero el caso derivó en el oparei, nombre paraguayo de la impunidad. Los González Daher todavía eran tanto o más poderosos que un presidente.

No existe un registro preciso de la cantidad de terrenos y de casas de las que se apropiaron. Muchos de los inmuebles están a nombre de otras personas, parientes o prestanombres, pero en el centro y en los barrios residenciales de Luque, los vecinos muestran y comentan en voz baja: “Esa casa también es de los González Daher, le quitaron a un antiguo morador”. Aún no se animan a denunciarlos públicamente. Con los dos principales jefes del clan procesados o presos, el supremo poder del clan se ha extinguido, pero muchos luqueños todavía les tienen miedo.
UH