“En la comparación internacional, la deuda de Paraguay no es alta”

Por Prince Otto
Periodista
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Para el director adjunto en el departamento del Hemisferio Occidental del Fondo Monetario Internacional (FMI), Jorge Roldos, la deuda pública de Paraguay no es alta. Incluso, considerando varios factores, el experto sostuvo que el país puede llegar a un nivel de endeudamiento de hasta el 40% del Producto Interno Bruto (PIB) y aún así, seguiría siendo sostenible y manejable.
Para el FMI, el pasivo total de Paraguay, es decir, sus compromisos a nivel local e internacional, asciende al 25% del PIB, pero conforme al último reporte del Ministerio de Hacienda, la deuda pública del país se encuentra en 22,4% del PIB, es decir, totaliza US$ 6.122 millones.
Roldos, en entrevista con el diario La Nación, también habló sobre la conveniencia de financiar hoy, los proyectos de infraestructura con deuda y no con recursos provenientes de impuestos. En este sentido, dijo que no existe necesidad de cargarle a esta generación con más impuestos, sino de crear empleo y generarle oportunidades. El director adjunto sostuvo también que la Ley de Responsabilidad Fiscal debe en algún momento ser reformada, compartiendo la idea de implementar una regla de balance estructural que plantea ahorrar en tiempos de bonanza e invertir en momentos difíciles.
Esta idea como la creación de un Fondo Soberano la lleva adelante el ex ministro de Hacienda, Felipe Larraín, quien se encuentra asesorando a Paraguay en la implementación de reformas fiscales.
-¿Cuál es el análisis que realizan desde el Fondo Monetario Internacional sobre el nivel de endeudamiento de Paraguay?
-Mirando distintos criterios, la deuda de Paraguay no parece alta. El 25% sobre el Producto Interno Bruto (PIB) es lo mismo que tiene Chile, Perú y muchos países emergentes o de frontera como lo llaman a Paraguay. Entonces, en la comparación internacional no es una deuda alta.
Cuando hacemos proyecciones hacia el futuro, la deuda podría crecer moderadamente si el manejo de las finanzas públicas siguen más o menos como hasta ahora, con un déficit primario de un poquito más del 1%. No hay nada alarmante en esa trayectoria de la deuda y si uno aplica criterios históricos, Paraguay es un país conservador en el manejo de las finanzas públicas y eso llegaría quizás a bajar la deuda al 20% del PIB, pero no creemos que eso sea necesario, ni que sea óptimo.
-¿Se considera cuál sería el tope de la deuda que Paraguay puede administrar?
-Con relación al techo, ahí también se mira, se hacen estudios estadísticos que comparan una serie de países que tuvieron desastres de deudas, que no pudieron pagar la deuda, que tuvieron que reestructurarlas.
Entonces, se mira cuáles fueron las condiciones que llevaron a esos países a que tuvieran problemas de deuda. Y cuando se hace ese análisis, se aplican los parámetros a Paraguay y nos da que esa deuda límite estaría entre el 60% y 70%, aproximadamente. Cruzando eso, ya se estaría en peligro.
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Si se aplican técnicas estadísticas de los shows negativos que le pueden pegar a Paraguay y ajustando, nos daría que una deuda entre 30% y 40% sería manejable y sostenido para el caso de Paraguay.
-En el Parlamento se insta al Ejecutivo invertir en obras de infraestructura con recursos genuinos y no con deuda, ¿qué fuente de financiamiento es el más recomendable en este caso para Paraguay?
-No hay reglas establecidas totalmente de cuánto debería financiar un país la infraestructura con impuestos versus con deuda. Cada país depende, cada proyecto depende, pero una consideración importante es que estos proyectos de infraestructura beneficiarán a una cantidad de generaciones hacia el futuro.
Entonces, no hay por qué caerle con toda la carga impositiva a esta generación ahora, una generación que tiene que crear empleo y generar oportunidades, no hay por qué ponerle todos los impuestos. Financien los proyectos un poco con deuda y paguen los impuestos en el futuro cuando se tendrá una base impositiva más grande. No aumenten las tasas hoy tanto, usen la deuda, que además, hoy por hoy está barata.
-¿Se debe pensar en una reforma impositiva en el país?
-Todos los países de América Latina tienen necesidades de mejorar la administración tributaria.
Mucha gente que no paga impuestos debería pagar los impuestos. Eso es otro de los esfuerzos de finanzas públicas que este Gobierno está haciendo, llevando adelante, y que tiene que seguir empujando, así como el fortalecimiento institucional de los procesos presupuestarios, de la evaluación de los proyectos de infraestructura y por supuesto, también hay que mejorar la administración impositiva.
¿Y la Ley de Responsabilidad Fiscal también debe ser centro de modificaciones, implementando, por ejemplo, una regla del Balance Estructural?
Sin duda porque la regla está funcionando y mejora la institucionalidad, pero es perfectible. Siempre cuando los países empiezan un primer intento parece que está funcionado, pero de repente aparece como que es rígida o muy flexible y hay que hacer como le dicen los americanos un fine tunig (ajuste fino) de la regla.
Creo que sin prisa, pero sin pausa deberían iniciarse los estudios y ver cuándo es el momento oportuno para aplicar una regla de balance estructural (mantener los niveles de gastos independientemente al comportamiento de los ingresos).LN
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