Marcas de whisky que trae Vierci acaparan la ruta del contrabando

La red del tráfico ilegal de aguardientes tiene complejas ramificaciones en pueblos de Bolivia, Argentina, Chile y Perú. Medios de estos países divulgan a menudo hechos de incautación de miles de litros de licores escoceses y norteamericanos.

Las principales marcas de whiskies y otros licores importados desde Europa y EEUU por las empresas de Antonio J. Vierci son bebidas alcohóli­cas de alta gama que, suges­tivamente, son las mismas con la mayor demanda en la ruta del contrabando de licores en países fronteri­zos del corazón de Suda­mérica. Aunque parezca una casualidad, el grupo empresarial, por estrate­gia comercial y de olfato de mercados, tiene sucur­sales, además de Asunción, en Montevideo (Uruguay), tres ciudades claves de Boli­via y en el puerto franco de Iquique, Chile.

Ciudad del Este y Pedro Juan Caballero, en la fron­tera con Brasil, es sindicado en varios países de Sudamé­rica como el centro de ope­raciones del contrabando de los productos que lle­gan desde varios países del mundo. La razón siempre es la misma: la gran diferen­cia de precios. Por mencio­nar un ejemplo, en Brasil los licores premium cuestan el doble que en Paraguay.

Este movimiento ilegal de mercaderías es posi­ble debido a que Paraguay cuenta con un ridículo nivel impositivo máximo de 12% para la importación de este tipo de bebidas. Esto le per­mitió a las empresas como A.J. SA La calidad ante todo y Laser Import SA, que per­tenecen al Grupo Vierci, embarcar a bajo costo, vía fluvial, desde Europa, China y EEUU, más de 9 millones de litros de licores (whisky, ginebra o gin, tequila, vodka, cognac, ron, etc.) en los últimos 5 años. Es decir, trajo al país un promedio anual de 1.750.000 litros de licores de alta gama, una cifra altísima, considerando que en Paraguay no más de 200.000 personas consu­men whisky importado, según datos que se mane­jan en las destilerías para­guayas.

De acuerdo con los volú­menes manejados por las firmas de Vierci, cada per­sona debería beber al menos 9 litros de alcohol destilado anualmente para cubrir la oferta disponible de sus marcas, algo que ni los fran­ceses pueden lograrlo, ya que son los mayores consu­midores de licor en el mundo con 4,2 litros per cápita. De ahí surge una gran interro­gante: ¿dónde va a parar tanto licor en un país cuyos bebedores en su mayoría son amantes de la cerveza?
LA NACION