VIDEOS:Pablo Escobar era el ídolo de “El Chapo”, según datos proporcionados por el piloto a quién llamó “el Tinieblo”.

El piloto personal de Joaquín “El Chapo” Guzmán, quien omitió su nombre por razones seguridad, contó detalles íntimos de la vida del capo narco mexicano. Relató que el “capo mafioso” era un hombre muy cuidadoso y pendiente de todos los detalles de seguridad, mujeriego y que tenía como ídolo al colombiano Pablo Escobar. El piloto revela que uno de los capos que más teme y respeta “El Chapo” es Ismael “El Mayo” Zambada García.

WASHINGTON, Estados Unidos.- Quien fuera el piloto personal de Joaquín “El Chapo” Guzmán, contó detalles íntimos y hasta ahora desconocidos, de la vida del capo mexicano, recientemente extraditado por el gobierno de su país a los Estados Unidos. Lo describió como un hombre mujeriego, admirador de Pablo Escobar, de los narcotraficantes colombianos y extremadamente cuidadosos de su seguridad, siempre pendiente de los más mínimos detalles, relató. El piloto, quien omitió su nombre por razones seguridad, relató los momentos que vivió junto al temible narco a un periodista de Univisión.

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“La historia comienza con un empresario que contacta al piloto latino en Miami, donde residía junto a su familia, para ofrecerle un trabajo en México en el que tendría un sueldo mensual de 25.000 dólares. Sin embargo, hasta ese momento el piloto ignoraba quién era su empleador”, revela parte de la entrevista al piloto. La hoja de vida del piloto y su historial laboral -había trabajado con importantes empresas de aviación y conocía la región- fue estudiado de cerca por “El Chapo”, agrega.

Tres días después de su encuentro con el empresario, el piloto, a quien el capo mexicano llamaba “Tinieblo”, viajó a México a encontrarse con él. Primero llegó a la capital mexicana, donde en un par de horas le entregaron un carnet oficial con una nueva identidad entregada en una oficina del gobierno. Un día después viajó a Culiacán, estado de Sinaloa, una ciudad del noroeste de México, para luego ir hasta un pueblito llamado Navolato, a una quinta lujosa donde se encontraría con su nuevo y desconocido jefe.

Ese lugar, rebosado de lujos estrafalarios, donde habían jaguares, avestruces, caballos de paso fino y una enorme piscina, le recordó al piloto la famosa finca Nápoles de Pablo Escobar. El primer encuentro sucedió siete días después. “El Chapo” arribó en una caravana de dos enormes camionetas blindadas 4×4. El capo venía en el primer vehículo, sentado en el asiento del copiloto, acompañada de cuatro escoltas armados con poderosos fusiles AK 47. En la camioneta de atrás venían 10 escoltas más.

Uno de los trabajadores de “El Chapo”, quien había estado acompañado al piloto, le dio instrucciones precisas de cómo debía saludar al capo. “Das la mano, luego abrazas y vuelves a dar la mano. Así tiene que ser siempre aquí y mucho más con El Señor”, le dijo. Luego de saludar a “El Chapo” y llamarlo “señor”, éste le pidió que lo llamara tío.

“Quiero que sepas que vas a trabajar solamente para mí, para mis hijos, para mi esposa y para mi madrecita. Aparte de nosotros, en el helicóptero que te entregaré nunca se transportará ‘mota’ ni ‘perica’. Dinero, sí. Y nuestras armas”, le dijo “El Chapo”, según el relatos del piloto.

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