¿Por qué son peligrosos los antibióticos sin control médico?

En dos semanas empezará a regir el decreto que establece la comercialización de antibióticos solo bajo receta médica. Esta disposición del Ministerio de Salud Pública funda sus bases en la necesidad de disminuir el índice de automedicación. La decisión, para algunos, fue radical y, para otros, necesaria, pero el trasfondo real es mantener la salud.

Los antibióticos son sustancias químicas producidas por un ser vivo o derivado sintético que impide o mata el crecimiento de ciertos microorganismos causantes de diferentes enfermedades. Su consumo se da cuando estamos ante la presencia de una afección bacterial.

El problema es que actualmente arrastramos “la cultura” de la automedicación como forma paliativa de tratar una enfermedad. Parece ser algo simple, pero a la larga provoca efectos contraproducentes para la salud, hasta el punto de poner en riesgo la vida.

“Si los antibióticos son utilizados de manera incorrecta, pueden provocar la propagación de bacterias farmacorresistentes. Es decir, las bacterias mutan y se vuelven capaces de resistir a los efectos del medicamento”, detalló Guillermo Sequera, director de Vigilancia Sanitaria.

Esto hace que la enfermedad perdure en el tiempo, a pesar de tomar los medicamentos, o hasta se agrave, al punto de necesitar internación; justamente lo que uno piensa que está evitando al comprar los fármacos sin acudir antes al médico.

La resistencia se acelera con el uso indebido y abusivo de estos fármacos y con las deficiencias de la prevención y control de las infecciones. A la vez, esta problemática incrementa los costos médicos, ya que las internaciones son más prolongadas.

El profesional de blanco comentó que esta práctica es muy recurrente en cuadros respiratorios, cuando no es necesaria la ingesta de antibióticos, ya que se trata de enfermedades virales.

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“En un 80%, las personas que recurren a la automedicación con antibióticos tienen solamente una gripe”, refirió. Sequera sostuvo, además, que es cada vez mayor el número de infecciones cuyo tratamiento se vuelve más difícil debido a la pérdida de eficacia de los antibióticos.

ero las enfermedades respiratorias no son el único caso. En la lista le siguen las infecciones urinarias y las gastrointestinales, enfermedades que, de no ser tratadas adecuadamente y en tiempo, pueden agravarse o llevar a la muerte.

En enero de este año, la Organización Mundial de la Salud (OMS) emitió un informe en el que expresaba su preocupación ante los altos niveles de estas prácticas en todo el mundo.

El Sistema Mundial de Vigilancia de la Resistencia a los Antimicrobianos reveló, mediante un estudio, la presencia generalizada de resistencia a los antibióticos en muestras de 500.000 personas de 22 países en las que se sospechaban infecciones bacterianas.

El informe confirmó la grave situación que representa la resistencia a los antibióticos, convirtiéndola a la vez en una de las mayores amenazas para la salud mundial, la seguridad alimentaria y el desarrollo.

Resultados de la OMS
El estudio realizado por la Vigilancia Mundial de la OMS tuvo como muestra a 22 países que facilitaron datos sobre sus niveles de resistencia, y otros 40 que proporcionaron información sobre sus sistemas nacionales de vigilancia.

Los resultados desvelaron que existía una amplia variación en los pacientes bajo sospecha de una infección sanguínea. Proporcionalmente, demostraban resistencia en al menos uno de los antibióticos desde un 0% hasta un 82%.

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“La resistencia a la penicilina, el fármaco utilizado durante décadas en todo el mundo para tratar la neumonía, osciló entre un 0% y un 51% en los países estudiados”, precisa el documento.

Además, entre un 8% y un 65% de las muestras de la bacteria que causa infecciones de las vías urinarias, presentaban resistencia al ciprofloxacino, un antibiótico utilizado habitualmente para tratar estas infecciones.

Según la OMS, las bacterias resistentes más frecuentes son aquellas causantes de infecciones en el intestino, el estómago, la piel, los pulmones y las vías urinarias.

El impacto que provoca en los pacientes no solo es solo a nivel de salud sino que, a la vez, repercute en la economía. Cuando los tratamientos pierden su efectividad con el uso de antibióticos de primera línea, es necesario emplear fármacos más caros.

Más que un problema de salud
Más allá de las implicancias médicas de cada caso, la organización también hace hincapié en los problemas estructurales que derivan de esta problemática. Tales como la falta de personal, presupuestos e infraestructura.

En ese sentido, nuestro país cuenta con más del 80% de la infraestructura en salud pública en malas condiciones. El titular de la cartera sanitaria, Julio Mazzoleni, había mencionado que el sistema sanitario se encuentra en estado de emergencia.

Entretanto, Guillermo Sequera, director de Vigilancia comentó que, a través de la nueva disposición emitida desde el Ministerio de Salud, se buscará que el paciente recurra más a las unidades de control familiar.

Resolución ministerial
La cartera sanitaria dispuso la venta obligatoria de antibióticos solo bajo receta médica, medida que empezará a regir desde el próximo 1 de noviembre.

De acuerdo con un comunicado, anteriormente existía una resolución que exigía una receta, pero no había necesidad de que sea archivada (prescripta y bajo vigilancia médica), por lo que los mecanismos de control eran muy exiguos.

Pero ahora, los establecimientos habilitados por la Dirección Nacional de Vigilancia Sanitaria deberán conservar la receta por el término de dos años, asentando diariamente las dispensadas en un libro diario.

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La última resolución también dispone que las recetas tendrán una validez de cinco días desde su emisión y deben contar con datos como: el nombre del paciente, número de cédula, diagnóstico, contener la leyenda: “válido por cinco días de su emisión” con caracteres legibles, firma y sello del médico prescriptor con el número de registro profesional.

El documento expresa que se prohíben las muestras médicas gratuitas, que tengan actividad antibiótica, a partir del año entrante. Todos los antibióticos de uso sistemático y los que se inyectan o se consumen vía oral son los que están reglamentados en la resolución, no así los que son de uso tópico.
UH