La tradicional Casa Medina cumple 63 años en Pedro

Casa Medina, la reconocida tienda de Pedro Juan Caballero, celebra sus 60 años de presencia en el mercado en el marco de grandes éxitos y nuevos proyectos

El 4 de febrero de 1956 abre sus puertas un pequeño negocio en la ciudad de Pedro Juan Caballero. En aquel entonces, no existía ruta que unía Pedro Juan Caballero con Asunción, la que unía a Concepción, por su precariedad , llevaba tres días de viaje, del lado brasileño no había asfaltado hasta la ciudad de Campo Grande.

Los clientes del negocio eran obreros y funcionarios de la Compañía Americana de Fomento Económico (CAFE) y brasileños que llegaban para hacer negocios de yerba, café, madera y otros productos; también eran clientes algunos funcionarios de la estancia Mate Laranjeira, Campanario y miembros del 11 Regimiento de Caballería, además de los pobladores de Pedro Juan y Ponta Porã.

CASA MEDINA Y SUS MILES DE HISTORIAS Y ANÉCDOTAS

Casa Medina que atendía tan bien al humilde mitai descamisado y descalzo que llegaba para comprar un hilo y una aguja que le pedía su abuela y también al poderoso político brasileño que venía en su avión a comprar la legendaria frazada belga que costaba un mil dólares cada una.

Casa Medina de los contrastes que traía ponchos e hilos de ferretería por avión (TAM) y a caballo desde Concepción en siete días de viaje los famosos sombreros de karanda´y.

Casa Medina que permitió vivir maravillosamente a ocho hijos con sus cumpleaños, estudios universitarios y sus casamientos.

Casa Medina cuyas primeras vendedoras hoy son abuelas y con más de 60 años.

Si tuviéramos que contar todas las vivencias se tendría que hacer un libro, pero lo que no podemos dejar de resaltar es la función didáctica que siempre ha desempeñado, ya que todas las personas que han trabajado y que trabajan en ella se destacaron y destacan por su eficiencia, honestidad, disciplina y responsabilidad.

Pareciera ser que Casa Medina tiene por objetivo: primero, servir a la comunidad trayendo las telas de todas las procedencias para satisfacción de sus clientes; segundo, generar fuentes de trabajo; tercero, generar ingresos al municipio, al fisco y por ultimo generar un pequeño lucro para la vida digna de sus propietarios.