CURUPAYTÝ ES UNA TRINCHERA QUE YA EXISTÍA MUCHO TIEMPO ANTES DE LA GUERRA CONTRA LA ALIANZA MUNDIAL (1863-1878).

CURUPAYTÝ ES UNA TRINCHERA QUE YA EXISTÍA MUCHO TIEMPO ANTES DE LA GUERRA CONTRA LA ALIANZA MUNDIAL (1863-1878). EL MARISCAL LÓPEZ COMANDÓ PERSONALMENTE LA DEFENSA DE CURUPAYTÝ EL 22 DE SEPTIEMBRE DE 1866

Los falsificadores de la Historia siempre han intentado sacarle protagonismo al Mariscal López. Lo calumnian diciendo que no era buen diplomático, que siempre huía, que no sabía sobre estrategia militar y que no dirigió las principales batallas contra los aliados. Los HECHOS, una vez mas, nos ayudan a destruir las mentiras de los legionarios y de sus aliados extranjeros.
Veamos.
La primera gran mentira es querer presentar a Curupaytý como a una defensa improvisada, para dar a entender que Paraguay era un país atrasado y no una potencia americana. Curupaytý ya existía desde tiempos de los españoles, tal como las trincheras de Pikysyrý (en Angostura). Las otras poderosas trincheras paraguayas eran las de Formoso (actual territorio argentino de Formosa), hechas durante el gobierno del Doctor Francia, y las trincheras de Humaitá, hechas durante el gobierno de Don Carlos. También tenemos la llamada “Gran Trinchera de los Paraguayos”, al sur del río Paraná (en la actual provincia de Misiones, Argentina), obra también del Doctor Francia. Corumbá, ciudad paraguaya fundada por el Doctor Francia, contaba con un estupendo sistema de trincheras, al igual que Piribebuy, fortificada durante el gobierno de Don Carlos, padre del Mariscal López.
Con esto el lector puede tener una idea de la preparación militar del Paraguay, pues aquí nuestros únicos tres gobernantes legítimos sabían que la guerra vendría tarde o temprano contra nuestro país.
El 22 de septiembre de 1866 el Mariscal López se encontraba en las trincheras de Curupaytý, dirigiendo personalmente la defensa, tal como lo hiciera en las trincheras del Pikysyrý en diciembre de 1868. Contaba López con la valiosa colaboración del Coronel José Díaz. Es absurdo creer que el Mariscal estaría lejos de tan trascendental escenario, donde se libraría una de las batallas mas grandes del siglo XIX. Diez días antes el propio Mariscal López se había reunido con Mitre cerca de Curupaytý para tratar de evitar la masacre innecesaria que recibirían los aliados. López ya los había derrotado en Tuyutí y en Boquerón del Sauce, en mayo y en julio de 1866. En septiembre Paraguay estaba listo para asestar el golpe de gracia a los aliados.
Con tal de menoscabar la figura de Francisco Solano López, la historia “oficial”, siempre falsa, inventó el cuento de que las trincheras de Curupaytý fueron hechas por unos europeos o por el propio Díaz, como si López no entendiera nada de trincheras y fortificaciones, justamente él, que había sido formado por su padre en el arte de la guerra y había ido como observador a Europa, donde inclusive tomó cursos para actualizarse sobre lo último de la ciencia militar. Por algo López era el General en Jefe del Ejército Paraguayo.
No vamos a desmeritar a Díaz ni a nadie, pero sí vamos a dar los méritos a quiénes corresponda. López sabía lo que se jugaba ese 22 de septiembre de 1866, y no iba a estar tranquilamente mirando desde lejos y recibiendo informes por telégrafo como si él fuera un cobarde. Esa pues es la imagen que los falsificadores de la Historia nos quieren vender: un López inútil con unos subordinados genios. Toda mentira es usada con tal de desacreditarlo.
Si se hicieron mejoras en las trincheras, la supervisión fue hecha por el Mariscal López. Las trincheras ya estaban mucho tiempo antes de la guerra, no fueron cavadas a toda velocidad como si los paraguayos nunca hubieran sabido sobre una posible gran guerra, a la que antes se llamaba por eso “guerra guazú”.