157 años de la Batalla de Tuyutí, la más sangrienta de toda la historia sudamericana

Fue el comienzo del fin. El último intento paraguayo de frenar la invasión de la Triple Alianza. El 24 de mayo de 1866 se libró la Batalla de Tuyutí, considerada la más sangrienta en la historia de América del Sur.

Los historiadores coinciden que la derrota del Paraguay en la cruenta Guerra Grande comenzó en el ‘barranco blanco’ de Tuyutí.

En 1866 las tropas combinadas de la Argentina, el Uruguay y el Imperio del Brasil cruzaron por Paso de Patria y, tras un enfrentamiento en Estero Bellacose estacionaron en la zona de Tuyutí.

La cautela del general argentino Bartolomé Mitre se debía a lo accidentado de la zona, con esteros y lagunas, de los que no había mapas, y que -en cierta forma- protegían su posición, a entender de sus cartógrafos.

Lo que Mitre no sabía es que el Ejército Paraguayo, al mando del Mariscal Francisco Solano López, planeaba un gran ataque sorpresa al campamento mismo por tres flancos. Para tal fin, López aglutinó la mayor cantidad de soldados posible, con la esperanza de salir victorioso, inclinar la guerra a su favor y negociar la paz con los aliados.

abanderado paraguayo, al percatarse que era el único sobreviviente de su regimiento, decidió no entregar su bandera, a la que destrozó con los dientes ante la mirada azorada de los soldados brasileros que intimaban su rendición. Después el joven se arrojó al Estero. Era mejor morir, que vivir y ser tomado prisionero (y, posiblemente, sometido a la esclavitud). Esto fue solo una muestra del coraje guaraní, que asombrará más de una vez a los aliados.

CONSECUENCIAS

Después de Tuyutí, el Mariscal López se vio obligado a retroceder y encerrarse en la Fortaleza de Humaitá, que sería un baluarte dificilísimo de tomar y costaría la vida de miles de aliados en la batalla de Curupayty.

El Ejército Paraguayo ya no volvió a reponerse de las bajas sufridas. López perdió la iniciativa y se vio obligado a mantener una estrategia defensiva, erosionada lentamente por la superioridad numérica y tecnológica de los invasores.

Así iniciaba el calvario de los paraguayos por la defensa de su territorio. Hoy