El decálogo del orgasmo femenino

Es una cuestión de tacto, conocimiento y la perfecta ocasión.
Espero que a todos nos haya sucedido una experiencia así. La mía fue en verdad vigorizante. Había salido con una ex por el fin de semana para visitar San Miguel de Allende. Recuerdo que estaba acostado en la cama viendo la tele y ella se daba un baño tras una larga mañana de caminar por empedrados y calles angostas.
Al salir se recostó junto a mí. Encontré la escena muy emocionante, le quité la toalla y empezamos a tener sexo como dos adolescentes con un carnaval de hormonas desfilando por sus cuerpos.
Entre el arrebato y el escenario —un pequeño hotel boutique con una vista de verdes frondosos, cielos azules y la punta de una de las torres de la catedral— el encuentro fue memorable. Pero hubo una característica que lo separó del resto de los demás que habíamos compartido hasta ese momento: mi ex ligó cuatro orgasmos consecutivos en un solo intento. Horas después, mientras nos arreglábamos antes de salir a cenar, me sentía como el hombre más viril sobre el planeta. En la noche nos aventuramos de nuevo y aunque no sucedió con la misma fuerza, el fenómeno se repitió.
Al final mi ex y yo cortamos por causas ajenas a la pasión que sentíamos el uno por el otro. Sin embargo, la breve relación dejó una herencia que consideré el máximo conocimiento que alguien podía adquirir en la Tierra: saber satisfacer con esa intensidad a una mujer.
orgasmo femenino
Los hombres debemos saber satisfacer con intensidad a una mujer.
Temo admitir que no fue así.
En la siguiente oportunidad que tuve de poner en práctica mis habilidades, el resultado no se pareció en absoluto a lo ocurrido en Guanajuato. No fue malo; no obstante, mis aspiraciones de haber encontrado la fórmula exacta del orgasmo múltiple estaban completamente fuera de sí. Tampoco fue un caso aislado, pude llevar a otras parejas a esas instancias, siempre por casualidad.
Lo que desconocía en aquellos años mozos era que cada mujer encuentra placer frente a diferentes estímulos y que estos detonan al menos en una decena de clímax distintos. Es así como en un esfuerzo por divulgar tan importante información, repasaré los diez más relevantes.
Orgasmo de clítoris.
Es el de mayor magnitud para una mujer. Al presionar, acariciar o lamer este órgano que apenas se asoma entre la vulva y cuyo único fin es dar placer sexual, desencadena cerca de 8,000 terminales nerviosas, el doble que tiene el pene masculino. La clave con este mágico botón es la frecuencia con la que se oprime; lo ideal es jugar con él interrumpidamente, ya que se vuelve tan sensible que puede ser molesto para ellas.
Orgasmo vaginal.
Las paredes de la vagina asimismo fueron bendecidas con miles de terminales nerviosas, por lo que al penetrarlas se activan distintas descargas placenteras en ellas. Para alcanzar uno de este tipo, los expertos recomiendan paciencia y un ritmo en el que la mujer se sienta cómoda, así obtendrá un éxtasis discreto en potencia, pero de mayor profundidad, comparado con el que produce el clítoris.
Orgasmo del punto G.
No es misterio ni tabú, tampoco debatido por la ciencia, ni una leyenda urbana: el punto G existe en hombres y mujeres y produce orgasmos vehementes. De hecho, en ellas no es un punto específico, sino toda una zona eréctil de veinte a 30 milímetros de diámetro al interior de la vagina, debajo del hueso púbico. Al ser manipulada, esta área se torna muy sensible, aumentando su tamaño y sintiéndose rugosa al tacto. Este orgasmo se consigue con movimientos circulares y fricción constante; las posiciones boca abajo son efectivas para conseguirlo.
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Orgasmo del punto A.
En las profundidades entre la vulva y la matriz, antes de llegar al cérvix uterino, existe un surco anular llamado fórnix vaginal formado de cuatro partes: uno posterior, dos laterales y el anterior. Este último recibe el nombre de punto A. Es un área muy profunda que, al conseguir el clímax, se mantiene receptiva y no se sobresensibiliza. De esta forma, permite seguir siendo estimulada después de un orgasmo, dejando que haya uno nuevo. Esto nos lleva al siguiente inciso.
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El orgasmo de clítoris es el de mayor magnitud para una mujer, pero no el único.
Orgasmo múltiple.
Lo sucedido con mi ex aquella vez no fue un accidente al final de todo. Ella consiguió hilar hasta cuatro orgasmos durante una misma sesión debido a que las mujeres tienen mayor facilidad que los hombres para reagruparse tras una cópula. El secreto del multiorgasmo es relajar el cuerpo y, al mismo tiempo, mentalmente no dar por terminado el acto, para seguir sintiendo placer en las zonas erógenas. La persistencia es el secreto.
Orgasmo cervical.
Un reto para verdaderos sementales, esta culminación se obtiene hallando el fórnix posterior, una de las áreas de placer más recónditas en las mujeres. Para descubrir este sitio se requiere de una penetración profunda y en lugar de estimulación repetida se recomienda ejercer presión en esta parte. Muchas féminas lo han descrito como parecido al que obtienen con el sexo anal, lo cual da pie al próximo peldaño.
Orgasmo anal.
A pesar de lo que se pueda pensar, sí es posible que una mujer llegue al clímax a través de esta controversial cavidad. Sin embargo, para alcanzarlo debe tomar muchas precauciones. La limpieza, el uso de preservativos y de mucho lubricante son los factores indispensables para minimizar el dolor y transmisión de infecciones. Al penetrar el ano se pueden estimular un par de puntos esenciales de los que ya hemos hablado, como el G y el cervical. Combinándolo con el contacto simultáneo del clítoris, la sensación es muy intensa y placentera.
Orgasmo del punto U.
A diferencia del pene, que concentra la salida de los conductos seminales y uretrales, la vagina tiene separada cada una de sus aperturas. Justo alrededor de la uretra femenina se sitúan varios tejidos eréctiles de alta sensibilidad, causando una poderosa respuesta erógena. El manejo y actuar es similar al del clítoris: caricias repetidas e intermitentes hasta obtener un posible orgasmo.
Orgasmo de senos.
En alguna ocasión, mientras me besaba con una chica en mi auto, desabroché su brassiere y empecé a jugar con sus senos. Los acariciaba, besaba, mordía y apretaba, cuando de pronto, ella se empezó a enroscar y suplicó que me detuviera. Sorprendido la obedecí. “Me estoy viniendo”, exclamó. Nunca imaginé que algo así fuera posible, pero es verdad. Los pezones están conectados al sistema nervioso genital de las mujeres, logrando una autopista de alta velocidad al clítoris.
Orgasmo de etiqueta.
Más que una clasificación, esto es una regla que todo caballero debe de seguir. Al igual que les cedemos el paso o les abrimos una puerta, en una relación sexual los hombres tenemos que esperar a que ellas terminen primero. No solo es un gesto de cortesía, sino que es un desempeño fundamental para tener encuentros plenos y duraderos.
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En una relación sexual los hombres tenemos que esperar a que ellas terminen primero.
Foto: iStock.
Anjo Nava (Twitter: @anjonava) es nuestro colaborador de algunos de los principales placeres de la vida como música, sexo y relaciones.GQ