Una segunda oportunidad: Montó un taller mecánico tras las rejas

Diego empezó a ayudar en un taller mecánico a los 10 años, a los 18 se recibió de mecánico automotriz con el sueño de montar su propio negocio, pero un mal paso lo envió a la cárcel, donde purga una pena de 18 años, actualmente ya pagó la mitad de su sentencia, pero no perdió el tiempo ya que tras las rejas en la cárcel de Tacumbú montó su propio negocio.

“Desde muy pequeño papá decía que tenía la vocación de mecánico, y así fue. Bastaba mirar mi habitación convertida en un desarmadero de mis autitos de juguetes, que era lo que me gustaba porque siempre me costó leer y apuntar en clase; yo llegué hasta la primaria”, recuerda Diego que al momento de la nota estaba por reparar el tren delantero de tres vehículos en su taller que tiene montado en la Granja Penitenciaria Ko’ê Pyahu, dentro del penal mayor.

“Hace 28 años comencé esta profesión, pero trunqué mi carrera, lo que no cambió es mi pasión de mecánico. Voy a volver a salir adelante y abrir mi espacio, se va a llamar taller “De los amigos”, como le prometí a papá antes de morir. Yo estoy viudo, pero doy todo por mi hija que quiere ser veterinaria; le estoy pagando sus gastos, ella tiene que llegar alto”, señaló.

Diego reparar los vehículos de los funcionarios del penal, pero también recibe rodados de particulares que lo conocen y saben de sus habilidades, además del buen precio que tiene.