Un bebé nace en móvil de la FTC y militar funge de partero

Militares especiales de la Fuerza de Tarea Conjunta (FTC) fueron un poco más allá de las labores de combate en Concepción, zona de influencia del Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP). Entre el miedo y el deber, oficiales acudieron a brindar ayuda ante el socorro de una mujer esta madrugada y se toparon con una grata sorpresa.

El episodio surgió cuando una pobladora de Zanja Morotĩ, Concepción, llamó a oficiales de la FTC pidiendo ayuda. Su hermana estaba a punto de dar a luz y necesitaban llegar lo antes posible a un centro asistencial.

Un móvil de militares llegó al encuentro alrededor de las 04.30 de este domingo, alzó a la madre en la patrulla y, para sorpresa del equipo, durante el camino un grito desesperado de la embarazada cambió el curso de la historia.

Fue el suboficial de Sanidad, Rubén Franco, quien al escuchar el grito desesperado de la mujer pidió que el rodado pare la marcha y bajó del vehículo con su botiquín en manos. La mujer ya estaba en trabajo de parto, por lo que no existía tiempo para llegar al hospital de Santa Rosa.

Sacó sus elementos y colaboró para que el pequeño llegue al mundo. Franco es licenciado en Enfermería. Hace tan solo un mes y medio que trabaja como enfermero de combate en la FTC. Su función “es cuidar al grupo”.

El Suboficial es marinero, oriundo del populoso barrio Sajonia de Asunción. Sus superiores le designaron la tarea de ir a Concepción para asistir a los militares que combaten en la zona. Desde hace 15 años presta servicio como militar y a pesar del miedo quiere seguir luchando en la peligrosa zona.

Ante el miedo y el deber

“Si es que no tengo miedo es porque estaría loco”, dijo el suboficial en contacto con nuestra redacción, en una charla de unos pocos minutos. El hombre admitió luchar consigo mismo ante el temor porque “desea seguir batallando”, con el deseo de que sus hijos lo vean como ejemplo a seguir.

Rubén Franco tiene 35 años de edad, hace cuatro años se recibió de licenciado en Enfermería. Tiene tres pequeños que son quienes lo motivan para seguir en la lucha diaria.

A pesar del temor de estar en aquella zona de peligros constantes, asegura que no desea volver todavía a la capital. “La verdad que me gusta estar acá. Mientras mis compañeros estén de pie, yo voy a estar de pie”, sostuvo.

Reconoció que siempre quiso ser militar, como todos en su familia, porque anhela luchar por un país mejor y ser un ejemplo para sus seres queridos.

ABC