Tras macabro crimen hicieron karaoke: hermanos alegan que solo olieron fuerte orín

Tras macabro crimen hicieron karaoke: hermanos alegan que solo olieron fuerte orín

Los hermanos Marcelo Gabriel y María Araceli Sosa Díaz negaron tener vínculos con el macabro asesinato de toda una familia en una vivienda ubicada en Asunción. Los sospechosos estuvieron en el sitio participando, junto con el autor confeso, de un karaoke sobre los cuerpos enterrados.

Marcelo Gabriel Sosa Díaz, de 23 años, y María Araceli Sosa Díaz, de 22, están imputados por homicidio doloso en grado de cómplices, por haber estado en la casa del horror y supuestamente no haber percibido nada llamativo, siendo que estaban enterrado bajo cal los cuerpos de Dalma Rojas, su hijos pequeños, su madre Elva Rodas y su padrastro Julio Rojas, cuyos cadáveres ya estaban comenzándose a descomponer.

Según revelaron los intervinientes, estos hermanos fueron hasta el sitio durante el fin de semana para participar de un karaoke, invitados por Bruno Marabel (19) y su novia Alba Rosalía Armoa Núñez (18).

El abogado Eduardo Lezcano, representante legal de los hermanos imputados en el marco de múltiple homicidio, mencionó a la 970 AM que Araceli conocía hace tres meses a Bruno porque son compañeros de trabajo en el local de Burger King de Palma, pero que hace cuestión de 15 días comenzaron a entablar una conversación más amistosa. “Se acercaron más y ahí fue cuando le invitó al supuesto karaoke, pero según Araceli se iba a hacer pero no se concretó porque existió celo entre Bruno y Alba, quien era su novia, y otra chica Luz, al final terminó de balde el karaoke, quedando en el lugar Bruno y Alba”, contó.

El letrado sostuvo que en esa noche recién su otro cliente Marcelo conoció al supuesto autor material del quíntuple homicidio.

La joven señaló, según su defensor, que ambos ingresaron a la parte principal de la vivienda, pero que no percibieron nada macabro. “Llegaron a entrar una parte, pero no vieron nada raro, pero Araceli dijo que sí le llamó la atención que había un fuerte olor a orín de perro. Ellos no tienen nada que ver, no estaban enterados de lo que hizo Bruno. Para ellos él era (una persona) medio normal”, puntualizó.