Subempleo e informalidad: aspectos que merecen atención

Comparando con lo registrado en el 2011 la tasa de subempleo presentó en el 2015 una reducción del 3% en Paraguay.

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ANÁLISIS

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A pesar de ello, este persiste y afecta al 19% de la población ocupada, es decir, aproximadamente 665 mil personas querrían trabajar más de 30 horas semanales pero no encuentran un lugar en el mercado laboral para hacerlo o trabajan más de 30 horas percibiendo un ingreso inferior al salario mínimo.

Esta situación merece tanta atención como el desempleo, cuya tasa según la EPH 2015 fue de 5,3%, pues detrás del subempleo existen múltiples factores que afectan el bienestar de las perso­nas volviéndolas vulnerables, en especial, ante situaciones adversas.

SUBEMPLEO: GRUPOS MÁS AFECTADOS

La incapacidad de nuestro mercado laboral de generar suficientes empleos decentes y las cualifi­caciones limitadas de las personas afectan su inserción dentro del mercado formal, a lo que debe­mos sumar determinadas características culturales que nos hacen preferir trabajar en entornos más flexibles, sin pensar que estos pueden a la larga ser poco seguros.

La combinación de esos factores ha hecho que la tasa de subempleo persista, afectando a 1 de cada 5 paraguayos, más del medio millón de personas están subempleadas, es decir, ocupadas pero en condiciones poco seguras tanto por el lado de sus ingresos como por otras que minan su bienestar: trabajan demasiadas horas percibiendo bajas remuneraciones muchas veces en condi­ciones insalubres, no cuentan con seguro social, no tienen estabilidad laboral, entre otras.

El subempleo afecta más a las mujeres que a los hombres siendo sus tasas de desempleos respec­tivas de 21,8% y 17%. En el periodo 2011-2015 en promedio la tasa de subempleo femenino fue 5% superior a la de los hombres. Esto refleja entre otras cosas la inequidad en el acceso a la educación que limita las competencias que pudieran tener las mujeres para trabajar en puestos formales.

Otro grupo fuertemente afectado por el subempleo es el correspondiente a los jóvenes de 15 a 29 años de edad, dado que 29,7% de ellos estaba subempleado en el 2014, casi 10% más que la tasa de subempleo de ese año. Una vez más aquí un factor condicionante es su formación y su capacidad para desempeñarse en los puestos formales, a lo que podemos sumar, entre otros, el hecho de que los empresarios prefieren personas con experiencia previa para disminuir los costos de in­serción e inducción.

En cuanto al área de residencia, el subempleo total presenta variaciones año a año, afectando indistintamente a los residentes del área urbana o rural, aunque en el 2015 fueron los residentes rurales los más afectados, pues 21,5% de ellos estaban subempleados, mientras que solo 17,5% de los residentes urbanos se encontraban en la misma situación, lo que podría reflejar el menor dinamismo en el sector agropecuario. Si consideramos solo el subempleo invisible, la situación es inversa, en el 2015 ha sido mayor el porcentaje de personas del área rural que han pretendido tra­bajar más horas de las que trabajan, 7%, frente a 5% de residentes del área urbana.
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INFORMALIDAD DETERIORA CALIDAD DEL EMPLEO

Sin embargo, no es solo el subempleo el que afecta el mercado laboral paraguayo, la informali­dad también marca presencia y deteriora la calidad del empleo. Si bien el emprendedurismo es destacable, si los emprendedores no orientan sus acciones a formalizarse y a crecer, su calidad de vida no mejorará.

En nuestro mercado laboral, 30,6% de las personas ocupadas trabaja por cuenta propia y 8,7% es trabajador familiar no remunerado, es decir, aproximadamente 40% de las personas están traba­jando sin contar con ingresos seguros, y, con alta probabilidad, sin proyectar su vida como adultos mayores que necesitarán de una jubilación o de ahorros para vivir durante los años en que ya no podrán trabajar.

Si a ello sumamos que de los asalariados el 33,6% percibe menos del salario mínimo legal vigente, estamos hablando de una alta proporción de la población que vive en condiciones vulnerables y tendrá grandes dificultades para enfrentar su vejez. Este porcentaje es mayor en el grupo de 15 a 29 años de edad, 47,1% de los jóvenes percibe menos del salario mínimo legal vigente.

CARACTERÍSTICAS ESTRUCTURALES DEMANDAN CUALIFICACIONES MÚLTIPLES

Finalmente, pero no menos importante, las características de nuestro mercado laboral hacen que un alto porcentaje la población ocupada, aproximadamente 60% trabaje solo o en empre­sas de 2 a 5 personas. Esto además de significar vulnerabilidad en determinados casos, exige de cualificaciones múltiples para desempeñar tareas que atañen a más de un puesto de trabajo o capacidad de resolver varios problemas a la vez, de modo a crecer en un entorno cada vez más competitivo.

Este hecho, junto con las situaciones descriptas previamente: subempleo e informalidad, re­quieren por un lado, de políticas orientadas a mejorar las cualificaciones de las personas y su desarrollo humano para que puedan encontrar un empleo o dedicarse a actividades que les per­mita vivir con un estándar mínimo toda su vida. Por el otro, requieren de políticas públicas com­plementarias que propicien la generación de empleos de calidad y de políticas innovadoras que se anticipen a lo requerido por los mercados más competitivos. En ese sentido, la colaboración público-privada es fundamental para dejar atrás estas realidades y formalizar nuestro mercado laboral.
5dias

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