San Pablo, ex Kokuere.En casamiento comunitario, alientan a las parejas a formalizar relaciones

Una veintena de parejas del distrito de San Pablo –ex Kokuere– sellaron sus vínculos amorosos ayer durante una boda colectiva con un mensaje: Nunca es tarde para dar el sí ante el altar de Dios.

SAN PEDRO

El pequeño distrito de San Pablo, ex Kokuere, fue el sitio designado para la realización de la boda comunitaria, promovida por la Fundación Santa Librada.

Rostros de felicidad, plagados de alegría, se pudo observar durante la ceremonia dentro del recinto del humilde templo de dicha comunidad. Hermosas historias de amor se pudo escuchar de los contrayentes, aunque todos coincidían en la alegría que les embargaba al cumplir con el anhelado sacramento del matrimonio.

Ramón y Miguela, de 67 y 62 años, respectivamente, viven juntos desde hace 39 años. En esas casi cuatro décadas de amor y felicidad explicaron que el sueño de ambos fue siempre realizar este paso tan importante.

Miguela de Agüero –como quiere se la llame a partir de ahora– no ocultó su gran alegría. Suscribió que están muy contentos por este paso y animó a otras parejas que viven en concubinato a dar este importante paso.

“Nosotros les decimos que nos gratifica cumplir con el sacramento, estar bien con Dios, seguir sus pasos y ser hijos de nuestro amado señor”, expresó Miguela al señalar que ellos tienen un solo hijo, pero que les regaló cuatro nietos.

Todos ellos –dijo– les alentaron también a que sellarán su relación amorosa.

“Nos conocimos aquí en el pueblo, ambos somos sampableños. Nos conocimos hace casi 40 años y en esa época ni siquiera había caminos para ir hasta San Pedro para poder casarnos, después con el tiempo ya estábamos en otra cosa y por más que queríamos casarnos, no tuvimos la oportunidad y hoy gracias a la Fundación Santa Librada estamos cumpliendo con este sueño”, manifestó, a su vez, Ramón Agüero.

En efecto, el 80% de las parejas que contrajeron ayer nupcias ya vivían en concubinato. Algunos, inclusive, arrastraron años –como Miguela y Ramón– el sueño de casarse para cumplir con este sacramento.

También, gran parte porque los hijos y nietos que estuvieron presentes estaban muy felices por este paso –que dieron sus padres y abuelos– tan importante en la vida.

Para hacer posible este casamiento comunitario, la parroquia San Pablo Apóstol y la Fundación Santa Librada trabajaron palmo a palmo durante dos meses preparando a las parejas en lo espiritual.

El distrito de San Pablo cuenta con alrededor de 7.000 habitantes y está ubicado a orillas del río Jejuí, a 330 kilómetros de Asunción. Por primera vez, acogió una boda colectiva, la cual se llevó a cabo a un costo cero para ellos que corrió por cuenta de la fundación que proveyó todo lo necesario para la ceremonia. Este es el segundo casamiento comunitario de este año en San Pedro y existe la promesa de muchas más para este 2024. UH