Gastaron G. 42 millones por un familiar con Covid-19 en un hospital público

Un médico relató lo que su familia tuvo que gastar en el tratamiento de su papá diagnosticado con Covid-19, internado en un hospital público. En 29 días, 14 de ellos en Terapia Intensiva, gastaron G. 42 millones en medicamentos e insumos hospitalarios.

El sistema sanitario se encuentra colapsado ante el aumento de los contagios.

Carlos Fabián Cárdena detalló todo lo que su familia tuvo que gastar en el último mes para la recuperación de su papá, internado por Covid-19 en el Hospital Nacional de Itauguá. Además de todo el dinero que se gastó aseguró que los días esperando por la recuperación de su familiar fue un “purgatorio”.

Esta experiencia hizo que el médico en Ortopedia y Traumatología General e Infantil reflexionara sobre la gran suma de dinero que necesita una familia, si uno de sus integrantes enferma de coronavirus y requiera internación.

Señaló que su papá se internó el 2 de enero, y que esos primeros días no se requirió comprar nada, excepto seis dosis de Remdesivir, cuyo precio unitario ronda los G. 1.500.000. Posteriormente, el paciente comenzó a utilizar Cánula de Alto Flujo (CAF) por lo que también se necesitó compara agua bidestilada y antitusivos.

“Al día siete de internación, él se descompensó de manera brusca por lo que debió ser ingresado a UTI, y ahí efectivamente comenzaron los gastos”, sostuvo en el hilo escrito en su cuenta de Twitter este lunes.

“Realmente como médico sé que un paciente que ingresa a terapia es un paciente al que se le hacen demasiadas medidas, y recibe múltiple medicamentos. Pero el sistema público de salud no cuenta con algunos, por lo que deben de apelar al bolsillo del familiar del paciente para conseguirlos. Como había dicho alguien, acuérdense que es la vida de un ser muy querido el que está en juego”, confesó.

Lamentó profundamente que dentro de toda la gama de medicamentos que le habían pedido comprar también le pidieran comprar Omeprazol, ampollas de furosemida, de nitroglicerina, gluconato de calcio y metoclopramida.

“Para mí fue algo muy triste pues no concibo la idea de que los pacientes tengan que comprar algo muy básico en salud pública. Esos medicamentos no pueden faltar en farmacia bajo ningún punto de vista, en especial la nitroglicerina. Si tu familia tiene un pico altísimo de presión alta, ellos no cuentan (o no contaban) con la nitroglicerina, que es el fármaco que se usa para esas urgencias que pueden provocar que el paciente tenga un infarto agudo de miocardio IAM. Para evitar eso tenés que correr, literalmente hasta la calle a comprar, y volver”, relató.

Afirmó que otra de las drogas que no pueden faltar en la UTI es el relajante muscular Atracurio, que permite al pulmón dañado por el virus poder expandirse lo más que pueda debido a que no hay resistencia de los músculos del tórax, ya que el paciente se encuentra totalmente paralizado.

“Cada paciente, en promedio, necesita en UTI unas 30 ampollas por día. El sistema público de salud no cuenta con dicho medicamento, ni mucho menos las grandes cadenas de farmacias. Se consigue en las farmacias pequeñas o por contrabando de Clorinda o de Pedro Juan Caballero”, manifestó.

También dio referencia del costo de una ampolla de Atracurio (anestesia), el cual varía entre los G. 50.000 y los G. 75.000 dependiendo del lugar, por lo que, por día, dijo que se gasta entre G. 1.500.000 Gs y 2.250.000. “Si, hasta más que un sueldo mínimo por día. Eso será aproximadamente por el tiempo que llevará en UCIR”, indicó.

Como si esto no fuera mucho, agregó que un día después de que su papá haya despertado terminó el stock de Midazolam, uno de los sedantes que se usa para dormir al paciente, y el cual que cada paciente requiere de un promedio de 50 ampollas.

A la lista de las compras también se añadió filtros antibacteriales para el respirador, y en ocasiones aerocamaras, circuito cerrado de aspiración, perfus, atrapamocos. Tampoco contaban con enoxaparina. Con otra infección sobreagregada el paciente necesitó antibióticos, dos de los cuales tuvo que comprar la familia, por un valor de G. 800 mil cada uno.

“Sumando todos los gastos, entre farmacia, combustible, peaje y artículos varios hemos gastado aproximadamente G. 42.000.000”, comentó el doctor.

Lamentó que ese dinero sea el promedio del valor de una vida en el sistema público de salud. Una suma que difícilmente puedan costear personas de bajo recursos y para los que se debe garantizar la salud.

“¿Y los viven de sus jornales que van a hacer?. Los que viven del día a día. O los que ganan el sueldo mínimo… si llegan a pasar por esto, ¿van a resignarse a dejar morir a su gente? ¿Dónde está el Estado? ¿Por que permiten que pase esto?”, cuestionó el medico.

El profesional médico afirmó que esta situación el el reflejo de años y años de pésima gestión en salud y educación, por lo que pidió a la ciudadanía no seguir permitiendo eso.

Afirmó que el sistema manejado por los políticos se encuentra “corrompido hasta la médula, totalmente podrido y asqueroso, manejado por gente sin escrúpulos que nos tienen a todos en sus manos. (…) Es una mierda la enfermedad… si, pero peor es nuestra corrupción”.