El invicto decano queda incautado en la aduana cerrista

El invicto decano queda incautado en la aduana cerrista

Cerro Porteño se hizo merecedor del triunfo ante Olimpia, al que lo derrotó 1-0 con gol de Juan Escobar. Hizo todos los méritos posibles, jugó con más dedicación, generó las más claras chances y derribó el hasta hoy inquebrantable invicto franjeado.

Pero para ganar debió esperar hasta los 82’ minutos, momento preciso en que aparecía Juan Escobar saltando más que todos para aplicar el testazo perfecto.

Alfredo Aguilar, uno de los puntos altos de Olimpia no pudo hacer nada en esa ocasión. El portero santaniano atajó un penal en el primer tiempo pero en esa ación quedó irresoluto.

Por lo que se vio en el trámite, Cerro hizo todo el gasto. Generó las situaciones más quemantes y fue quien tomó el protagonismo ante un cuadro franjeado que recién desde los 14’ minutos comenzó a asomar en ofensiva.

Desde ahí empezó a equilibrar más. Desbordó mayormente por el costado derecho pero fracasó en las resoluciones, que casi siempre fueron de mala forma.

Cerro comenzó después a sentir el rigor del trajín. Cedió más espacios y en la segunda mitad Olimpia empezó a tener más asiduidad en ataque. Sólo que arrastrando la imprecisión en el momento de facturar.

Hasta antes del gol, Cerro tuvo un penal con Diego Churín, pero Alfredo Aguilar se lo contuvo con estupendo instinto. Pero eso no implicó una baja anímica en el Ciclón ni un envión en el decano. Después hubo un tiro al travesaño, un par de remates claros y como que el gol estaba asomando en el horizonte.

Y llegaría por la vía aérea. Fue un premio merecido, si bien hubo equilibrio pero en cuanto a proyección de avanzada, Cerro siempre estuvo más decidido y se llevó el premio mayor.

El invicto ahora en Olimpia es historia. La derrota debe representarle una obligación mayor a seguir sumando, porque el título está en juego.

Para Cerro, que aún tiene una mínima chance matemática, la victoria es más estimulante de cara a la Libertadores, a cuyo juego con Defensor Sporting va revestido de fortaleza espiritual, aquello que reditúa ganar un derbi como estos…