Brasil, el principal socio comercial de Paraguay, muestra un mejor escenario económico. Este buen desempeño brasileño posibilitaría un aumento del flujo comercial con el vecino, que es destino del 32% de las exportaciones, de acuerdo al análisis de la consultora Mentu.
Al tercer trimestre del 2019, la economía de Brasil se expandió 0,6% y alcanzó una tasa de crecimiento de 1,2%, ubicándose en una mejor posición que la esperada. Por ello, y considerando su aceleramiento en los últimos meses del año, las expectativas fueron revisadas al alza. Según el portal O Globo, el desempeño del Producto Interno Bruno (PIB) brasileño en el tercer trimestre del 2019 ocupa el lugar 43 en el ranking con 54 países, preparado por Austing Rating. La lista trae los resultados de las economías más grandes del mundo.
La comparación tiene en cuenta el crecimiento del 1,2% de la economía en el tercer trimestre de este año en comparación con el mismo período del año pasado, según el Instituto Brasileño de Geografía Estadística (IBGE). Este resultado está por encima de países como el Reino Unido, Suiza, Alemania, Italia y México.
El PIB es la suma de todos los bienes y servicios producidos en el país y sirve para medir la evolución de la economía. En promedio, las 54 economías analizadas crecieron 2,5% en el período. Ya el grupo de BRIC (Brasil, Rusia, India y China) creció 3,4%, menciona el portal.
El reciente CEO de Itaú Paraguay, André Gailey, destacó que las expectativas son buenas para el Brasil y que eso trae consigo buenos resultados para la economía paraguaya. Mencionó que actualmente hay buenas oportunidades para que se generen negocios en inversiones entre ambos países. Para Reuters, el mayor ritmo de crecimiento en lo que va del año, que también superó a las cifras del 2018, muestra que la mayor economía de América Latina se mantuvo más lejos de una recesión que lo previamente pensado y se está acelerando cerca de fin de año.
Economistas dicen que esto es evidencia de que la agenda de reformas económicas del gobierno está ordenando las finanzas públicas y reduciendo el tamaño de los desembolsos del Estado, aunque también plantea preguntas sobre cuánto podrá recortar las tasas de interés el banco central. LA NACION
