De “zona de guerra” a “zona de coima”.

Desde el Mecanismo Nacional de Prevención de la Tortura, en el año 2014 firmábamos con la colega Diana Vargas un Informe Especial de tres partes sobre la actuación de la FTC. A través de la investigación llevada a cabo para hacer el Informe, pudimos ver de cerca, hablando con los protagonistas, lo que estaba pasando en la zona norte del país, de cuya “seguridad” se encargaba de la FTC, en aquel entonces bajo el mando del hoy supuesto coimero Ramón Benítez, Cuando quisimos hablar con este señor, para tener su versión de los hechos,ni siquiera nos permitieron entrar a su cuartel, y mientras un soldado con mirada poco amable nos apuntaba con su M16, un coronel que se negó a darnos su apellido nos advertía sobre la necesidad de cuidarnos, porque estábamos en una “zona de guerra”. No se olía pólvora ni humo, ni se veían helicópteros, ni se escuchaba el estruendo de la artillería o el tableteo de las ametralladoras. Era la famosa “guerra de baja intensidad”, que según la tradición latinoamericana, se dirige contra la población local, especialmente campesina . La “guerra” de Benítez fue en realidad contra los pobladores locales a los que aterrorizó durante el tiempo que estuvo como comandante sin obtener grandes resultados contra el EPP. Luego de esta investigación y especialmente para proteger a Gloria, una pobladora local baleada y torturada por la FTC, luego imputada por un fiscal tan represor como Benítez, realizamos a comienzos del 2015 una comunicación al SubComité de Prevención de la Tortura de NNUU. El organismo de NNUU, a pesar de las predicciones negativas y nulo apoyo de nuestros colegas de la Comisión -por no decir obstaculización activa- en tiempo récord dio un fuerte akapete al estado paraguayo recomendándole que se abstenga de seguir poniendo en peligro la integridad física de GLoria y que revise la actuación de la FTC. Ultima Hora publica en tapa y al día siguiente -llamativamente- “cae” el general Benítez. En pocas palabras, durante la gestión de Benítez, lo que se relevó en el Informe del MNP fue, entre otras cosas, que la población local era aterrorizada por los militares -la policía tenía un rol marginal y la SENAD sólo participaba de los “procedimientos”, la parte más turbia del asunto-, que hubo muertes y torturas en dudosos procedimientos, que se plantaban pruebas, que hubo casos con todo el aspecto de “falsos positivos”. Entre los operativos se destacaron -no por nada bueno- el que terminó con la mue