Cucho se ofendía porque lo tildaban de narco, pero enseñaba a coimear

Cucho se ofendía porque lo tildaban de narco, pero enseñaba a coimear
Las conversaciones telefónicas grabadas de Reinaldo Javier Cabaña Santacruz (33), alias Cucho, revelan que este se ofendía mucho cada vez que lo tildaban de narco, pese a que después se jactaba de serlo. También hay audios en los que enseña a otros traficantes cómo coimear a la Policía y a la Fiscalía. Surgen más elementos que lo vinculan con el diputado Ulises Quintana.

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Reinaldo Javier Cabaña Santacruz, imputado y privado de su libertad por tráfico de droga. Grabaciones lo involucran. / ABC ColorA
Los miles de grabaciones hechas por la Secretaría Nacional Antidrogas (Senad) en el marco de la operación “Berilo” contienen sorprendentes niveles de conversaciones.

Las escuchas, además de confirmar los nexos que Cucho tenía con el diputado ahora encarcelado Ulises Quintana, también revelan que el capo, por ejemplo, financió la campaña política de la actual concejala de Presidente Franco Mabel Otazú. Esta es la madre de Azucena Medina Otazú, la amante de Cucho.

En uno de los audios, que data del 20 de julio pasado, se escucha a Cabaña que le comenta a un amigo que estaba muy molesto con su “suegra”, porque era una “malagradecida”.

Entre otras cosas, Cucho le cuenta a su interlocutor que prácticamente sacó de la miseria a la familia de Azucena y que le dio 90.000 dólares a la madre de esta para el pago por una propiedad, pero que la actual concejala utilizó casi todo ese dinero en su campaña.

Luego de quejarse de que Mabel Otazú lo tildaba de narco, Cucho le dice a su amigo que justamente con la plata narco esta subió al cargo que ocupa. Incluso, menciona que uno de los principales colaboradores que trabaja con él es Diego Medina Otazú, justamente otro de los hijos de la concejala y quien actualmente guarda prisión preventiva.

En ese sentido, hay también una grabación de Cucho y un abogado, al cual el capo le pregunta qué tiene que decir en una radio desde la cual lo iban a llamar para dar su versión sobre una queja que presentó una señora en su contra de un club de fútbol donde Cabaña solía asistir.

“Me llamó traficante, y tengo testigos de eso”, le comenta indignado Cucho a su abogado, quien por su lado le aconseja que en su réplica en la radio invoque el artículo 192 de la Constitución Nacional que habla de la presunción de inocencia.

Emocionado

Uno de los audios más “sabrosos” es el de una llamada que efectuó Cucho a su esposa, luego de que participara del juramento de Ulises Quintana como diputado, en Asunción.

Notoriamente emocionado, Cucho le cuenta a su mujer cada detalle de la ceremonia de gala y se jacta de que el parlamentario le hizo pasar a los sectores más exclusivos del edificio del Congreso, privilegiándolo por encima incluso de algunos de sus familiares y amigos más cercanos, como la novia de Quintana.

Cómo negociar

Los audios de Cucho Cabaña que se filtraron incluyen una “didáctica” charla entre este y un amigo delincuente al que el supuesto narco le prestó dinero para completar los 20.000 dólares de coima pagados al fiscal Gustavo Ramón Yegros y policías de Investigaciones de Ciudad del Este. Estos últimos también se encuentran con prisión.

Por ejemplo, Cucho le dice a su “socio” que lo primero que hay que hacer en una negociación con la Policía y la Fiscalía es esconder los vehículos que se tengan a mano, para evitar que las autoridades los obliguen a vender o empeñar.

Cucho le asegura que los policías y fiscales no se contentan nunca con efectivo y que casi siempre obligan a sus víctimas a que vendan todo lo que tengan para hacer más dinero.

Mucha influencia y red de informantes

La influencia que Cucho tenía en Alto Paraná quedó evidenciada, por ejemplo, con uno de los audios de una llamada que le hizo uno de sus hermanos que cayó detenido en un operativo de la Policía.

Ni bien contesta el teléfono, Cucho le dice a su hermano detenido que le pase el celular al policía interviniente, quien a su vez saluda casi con reverencia a Cabaña.

“Ese es mi hermano, liberale por favor”, le dice Cucho al policía. Este responde que lo iba a hacer inmediatamente y hasta se justifica diciendo que no sabía nomás que es su hermano y que recién en ese momento estaba notando el parecido físico entre ambos.

Por otro lado, el supuesto narco, quien de hecho en varios audios admite ser vendedor de drogas, contaba también con una sólida red de informantes que le llamaban a avisar de cada operativo policial o fiscal que se realizaba en su área de influencia.

Le avisaban dónde había barreras, cuándo se iba a producir algún allanamiento y hasta si algún vehículo sospechoso rondaba cerca de su casa. A todos, Cucho respondía con mucha amabilidad y agradecimiento.
ABC