Imagínense un mar de dunas que se mueven lentamente enmarcadas por un vasto horizonte, las más grandes alcanzan una altura de 250 metros. Este paisaje, que parece el escenario de una película futurista, es en realidad una vista típica desde la ventana en un país como Arabia Saudita, ya que la mayor parte del país está ocupado por desiertos.
El clima es por lo tanto mayoritariamente árido. Destaca por sus altísimas temperaturas en verano durante el día, de hasta 56℃, con nulas precipitaciones durante esos meses, y las tormentas de arena son bastante frecuentes. Como saben, dedicarse a la agricultura en estas condiciones no es fácil. Sin embargo, hay 16 millones de ciudadanos y unos 9 millones de trabajadores inmigrantes en un país donde menos del 2% de la tierra es cultivable. ¿De dónde sacan la comida? ¿Acaso compran todo con petrodólares?
Sorprendentemente, los saudíes cultivan con éxito muchas frutas y verduras en el árido desierto, e incluso son un importante exportador de alimentos. Resulta que incluso este tipo de suelo puede dar fantásticas cosechas – cómo es esto posible, lo verán en este episodio.
