Central y Amambay, departamentos más inseguros y violentos del país

La mala distribución de efectivos policiales impide garantizar la seguridad del común de los ciudadanos en todo el territorio nacional.
Si bien la presencia de efectivos policiales en las distintas zonas del país no hace que disminuyan la cantidad de robos y homicidios, sin embargo, se logra un ambiente más controlado y una percepción de mayor seguridad. Esto es fundamental para que la ciudadanía pueda llevar una vida tranquila en el lugar donde reside.
Según las estadísticas policiales del año 2015, en Central se registraron 2.378 robos, convirtiéndose en el departamento más inseguro del país. Aquí es donde cobra protagonismo la figura del “motochorro”, considerando que el modus operandi más utilizado por los malvivientes para perpetrar los delitos es usando una moto como vehículo. Los robos realizados bajo este “sistema” representan el 35% y esta cifra tiende al alza por la rapidez con la que pueden realizar sus “golpes”, además de la cantidad de potenciales víctimas de asalto y de vías de escape con las que cuentan. Los “motochorros” se mueven mayormente de noche y sus víctimas principales son las mujeres, en un 61%. El objeto más robado es el aparato celular, luego las carteras y cualquier otro objeto de valor que se tenga.
Otra forma de robo común, que se da sobre todo en la ciudad de Asunción, donde se registraron 1.713 robos en el 2015, es la de los “tortoleros”. Los delincuentes no dudan en romper las ventanillas de los automóviles cuando se percatan de que en su interior hay objetos de valor. Curiosamente, este hecho suele realizarse por personas que cuentan con vehículo y que realizan un promedio de 3 a 4 robos durante la noche, ayudados por un medio de transporte.
Las personas que son víctimas de estos hechos, generalmente, son de clase media para arriba. Luego están los asaltos que se realizan en ómnibus, que tuvieron un descenso en los últimos tiempos, ya que los principales perpetradores, denominados “caballos locos”, pasaron a ser “motochorros”. Por último, está la figura de los “peajeros”, ladrones que atacan en la vía pública y que habitualmente se encuentran bajo efectos de alguna droga. En las estadísticas también están los robos en comercios y viviendas, que representan un 30%, tanto en Asunción como en Gran Asunción.
AMAMBAY, EL DEPARTAMENTO MÁS VIOLENTO
En cuanto a la zona donde hubo mayor cantidad de personas asesinadas, Amambay ocupa el primer puesto, siendo el departamento más violento del país, con 119 homicidios dolosos registrados en el período 2015. Según efectivos policiales, esta clase de crímenes se cometen, en gran mayoría, en las zonas fronterizas, debido al contrabando y al narcotráfico, males que permiten la proliferación de sicarios (asesinos a sueldo). Lo mismo ocurre en Alto Paraná, donde se registraron 89 asesinatos.
DEPARTAMENTOS MENOS INSEGUROS
Al otro extremo se encuentran Ñeembucú, Alto Paraguay y Boquerón, cuyas cifras de robo y homicidio son bastantes bajas, por lo que podrían considerarse los departamentos más seguros del país. En Ñeembucú se registraron 50 asaltos, mientras que en Alto Paraguay y Boquerón solo un robo. En cuanto a los asesinatos, en Alto Paraguay se llevaron a cabo cinco y en Boquerón seis, en cambio en Ñeembucú no se registró ninguno.
CONTROL POLICIAL
Las autoridades policiales explicaron que son muchos los factores que inciden a la hora de definir la peligrosidad o la inseguridad de una zona determinada. Señalaron que tanto las gobernaciones como las intendencias de cada ciudad tienen mucho que ver en esta situación.
Si se tiene en cuenta el número de policías que debería haber por cada habitante, cifra estandarizada por las Naciones Unidas para países subdesarrollados, de un agente del orden por 350 habitantes, existe una brecha significativa. Por ejemplo, Asunción cuenta con 520.000 habitantes según el Censo del 2002, y alcanza la cantidad de 2.000.000 de personas en días hábiles laborales, teniendo en cuenta la cantidad de gente que ingresa a la capital, ya sea por motivos laborales, académicos, etc. Sin embargo, según datos facilitados por el departamento de Personal de la Policía Nacional, la metrópolis solo cuenta con 2.500 efectivos policiales, cuando debería haber 5.714, atendiendo a la gran cantidad de personas que viven y transitan en el lugar.
Lo mismo sucede en Central, donde de acuerdo al Censo del 2002 viven 2.200.000 personas y se tienen 2.400 efectivos policiales, cuando se deberían tener 6.286 uniformados. Esto representa un gran déficit para garantizar la seguridad de la ciudadanía.
PERSONAS PRIVILEGIADAS
La otra cara de la realidad, la de la seguridad, es la que experimentan los políticos y demás autoridades de nuestro país, que son custodiadas por una gran cantidad de efectivos policiales. Algunos, inclusive, tienen 9 uniformados cada uno, como es el caso de los 9 ministros de la Corte, que según datos que maneja la Policía, cuentan con 80 efectivos policiales en total. Esta cifra, de 80 efectivos, podrían velar por la seguridad de 28.000 habitantes, y, muy por el contrario, resguardan a solo 9 personas.
Las fuerzas policiales necesitan 20.000 hombres para custodiar a los casi 7 millones de habitantes que tiene el país. Si bien estamos lejos de llegar a esa cifra, si al menos los efectivos fueran distribuidos por zonas, de acuerdo a las necesidades, habría una gran diferencia en beneficio de todos los habitantes del país.
REACCIÓN
Luis Fretes, presidente
Fundación País Seguro
“La Policía está sobrepasada de Asunción para afuera”
“Cuando una persona es asaltada, por lo general, es sorprendida y no tiene tiempo de reaccionar. Lo que se recomienda, en caso de que se tenga que caminar al caer la noche, es hacerlo en compañía, no importa que sea hombre o mujer, no podemos dejar de caminar, pero si lo hacemos mejor si es en compañía y por lugares transitados. Otro consejo es no dejar objetos de valor en los vehículos. Hasta ahora, la gente sigue dejando sus artículos, algunos los esconden debajo del asiento, pero los tortoleros saben dónde están. Muchas veces no ven nada y rompen igual, porque les toma segundos el procedimiento. En Asunción hay mucha presencia policial. Antes tenían vehículos obsoletos en comparación con los que tienen ahora. El 911 tiene una respuesta más rápida, tal vez no sea la esperada, podría mejorar, pero es buena. Ahora, en Gran Asunción, ese tiempo de respuesta disminuye mucho. La Policía está sobrepasada de Asunción para afuera y en todo el país