José González va todos los años a Caacupé, donde ofrece masajes a los fieles de la Virgen Serrana. Se queda todos los días que dure la festividad mariana y “sobrevive” cobrando “sólo a voluntad”.
José dice ser kinesiólogo y se instaló esta mañana en la plaza Teniente. Fariña, detrás del monumental templo católico al que miles de fieles acuden para las celebraciones de la Virgen de Caacupé.
Los movimientos del masajista, a veces hasta un poco bruscos, llaman la atención de la gente. Pero no solo con esto queda claro el entrenamiento físico de José, sino también cuando carga en hombros a sus clientes, que incluso doblan su peso.
Se limpia el sudor del rostro y explica que se dedica a hacer masajes desde hace mucho tiempo. Cada año se traslada desde Nanawa (ex Puerto Elsa, distrito de Villa Hayes) hasta Caacupé. Dice que este servicio lo hace sentirse bien.
Estima que este año atenderá a 600 personas en los diez días que piensa quedarse. Aclaró que el pago por los masajes es “solo a voluntad” y que sobrevive bien con lo que le dan.
José ofrece el servicio fisioterapéutico en Caacupé como una promesa para que en Paraguay se erradique la corrupción, la inseguridad y la drogadicción. abc
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