El secuestro más misterioso

El 8 de agosto del año 2015, el colono menonita Abraham Fehr era interrumpido de su arduo trabajo en la chacra, para ser llevado a un lugar desde el cuál nunca regresó, dejando a una familia sumida en dolor e incertidumbre.

Foto.Un banner hecho por familiares de los Fehr para exigir el regreso de Abrahán.

Los colonos menonitas son característicos por su disciplina y esfuerzo al momento de realizar labores diarias. Y en el arduo trabajo de cosechar maíz estaba Abrahán Fehr en la estancia Soljancic, de Tacuatí, departamento de San Pedro, de entonces 36 años, aquel 8 de agosto del año 2015.

Abrahán, un joven esposo y padre de familia, no se esperaba que aquel día sería el último que vería a sus pequeños hijos. Sorpresivamente, desconocidos se lo llevaron a la fuerza, y para causar aún más angustia, se llevaron también a dos de sus hijos menores y a un ayudante, a quienes posteriormente liberaron, pero él nunca regresó.

Así comenzaba el calvario para la familia de este hombre joven pero frágil de salud, según describieron los suyos, que cada vez que rogaban al Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP) por la vida de Fehr, recordaban que el hombre tenía problemas cardíacos, y temían por su estado de salud.

Así, en medio de angustia, dolor y sin ni una sola prueba de vida, pasaron los meses en que la acongojada familia entregó incluso sumas de dinero que fueron a parara manos de avivados, y no en poder de los captores.

Por la liberación del habitante de la colonia manitoba, los criminales exigieron US$ 20.000, monto que fue reunido rápidamente por los colonos para luego ser dejado en medio del monte, en un lugar señalado por los secuestradores. Sin embargo, el dinero no fue retirado, por lo que fue nuevamente guardado a la espera de que los captores se comuniquen, según fuentes.

Al cumplirse dos años de su secuestro, la esposa del menonita, Agará Fehr, pidió desesperadamente por novedades sobre su esposo. La mujer, que no habla español, expresó en su idioma que ya no sabía cómo explicarles a sus hijos la larga ausencia del padre.

En su momento los secuestradores solicitaron la suma de US$ 500.000 para su liberación, dinero que la familia no contaba. Igualmente lograron pagar US$ 20.000 como parte del rescate. Sin embargo, se realizó fuera de tiempo y los secuestradores no retiraron el dinero. Después de este episodio los captores cortaron todo contacto con la sufrida familia, que cayó incluso en manos de supuestos “adivinos”, que les pedían dinero a cambio de decirles el paradero de su ser querido.

El hermano de Abrahán, David Fehr, llegó a conversar con ABC Cardinal en marzo de 2017, y en la ocasión confesó que la familia cada vez dudaba más de que Abrahán esté con vida, a pesar de que las informaciones que reciben de la Fuerza de Tarea Conjunta señala que el secuestrado está vivo. “Es difícil para nosotros creer que está vivo, pensamos que ya no existe más Abrahán, que se le dejó por ahí”, manifestó dolido el hombre.

David había recordado también que el dinero que se pagó en concepto de rescate no llegó a las manos indicadas. “Eso fue una estafa, (el dinero) no fue a donde se tenía que ir, se fue mal ese pago”, afirmó. Se refirió puntualmente a los US$ 100.000 que una banda de avivados logró recaudar a costillas de esta familia que pensaba que entregaba el dinero al EPP.

Y mientras los cuatro hijos pequeños de Abrahán preguntan insistentemente por su padre sin respuesta, hoy los familiares sufren con la devastadora noticia del hallazgo de un cuerpo, y la cruel presunción de que podría ser la peor noticia.

No obstante, pese a lo dolorosa que pueda ser la confirmación de la identidad de los restos hallados, que están siendo estudiados por los forenses, los familiares desean conocer la verdad
Abc