País reduce su miseria pero sigue entre los peores de la región

En términos económi­cos, la miseria se calcula sumando la tasa de des­empleo a la tasa de infla­ción. Este indicador eco­nómico fue creado por el economista Arthur Okun, a pesar de ser un cálculo bastante sencillo, es muy utilizado para determi­nar cómo le está yendo al ciudadano promedio en un país dado, debido a que a tasas más altas de desempleo e inflación se encuentran asociadas a mayores problemas so­cioeconómicos.

Si bien el índice de Mise­ria se basa en el concepto de que una inflación y un desempleo bajos gene­ralmente demuestran el bienestar de los habitantes de una economía, en oca­siones, los últimos lugares del ranking suelen ser en­gañosos ya que los precios persistentemente redu­cidos pueden ser signo de una demanda floja.

RANKING

A nivel mundial, Ve­nezuela volvió a ser por cuarto año consecutivo la economía más miserable del mundo con un índice de 1993. Si bien una rebaja gubernamental recien­te en los precios de los combustibles dio un breve respiro a la inflación, se­gún algunas fuentes para este año se espera que la inflación llegué al 1.864%.

Argentina, también se encuentra en los primeros lugares, se posiciona en el número 7 con un indica­dor de 28. Al vecino país, más bien la inflación es la que la ubica en el po­dio del índice de Miseria, mientras el desempleo tiene un índice similar a varios países de la región de América Latina, alre­dedor del 8,7% en sep­tiembre del 2017.

PARAGUAY

De los 126 países analiza­dos, Paraguay se ubica en el puesto número 59 con un indicador de 10,4, 1,1 puntos menos en compa­ración a los resultados del ranking para el año 2016 cuando el país estaba en el puesto 51.

Si se tiene en cuenta los últimos datos de inflación y desempleo disponibles, se observa que la inflación interanual esperada para este año es del 4,7%, la tasa de desempleo al tercer tri­mestre del año pasado lle­gó a 7,6%.

Con respecto a este tema, el economista Ricardo Ro­dríguez Silvero, mencionó que la miseria se nutre del analfabetismo y el des­empleo porque no tienen ingresos propios y debido a sus limitaciones su ca­pacidad de conseguir un empleo es escasa.

El economista comentó que los gobiernos de tur­no deberían poner énfasis en la masiva creación de puestos de trabajo para mano de obra poco cali­ficada, reduciendo de esta manera la miseria y consi­go el desempleo.

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