Agroquímicos para todos

Agroquímicos para todos
Por Guido Rodríguez Alcalá
Este es el regalo de Navidad del Servicio Nacional de Calidad y Sanidad Vegetal y de Semillas (Senave), que derogó la resolución 725/2015. Esta exigía que las cajas, bidones, botellas, etc., en que venían los agroquímicos, llevaran etiquetas verificadas en nuestro país sobre su contenido. Era un modo de controlar qué contenían realmente y si podían perjudicar la salud, un modo de saber qué tratamiento utilizar en caso de intoxicación.
El Senave derogó la resolución con el argumento de que la verificación costaba demasiado, hacía poco competitivos los cultivos y, de cualquier manera, no se iba a cumplir. Sin embargo, el Senave afirmó que se iban a controlar las fumigaciones (ÚH, 22/12/15 y 23/12/15).
Esto contradice una afirmación anterior del Senave: no puede controlar el uso de los agroquímicos; además el Gobierno sabe muy poco o nada de lo que contienen los productos vendidos para las fumigaciones, a causa de la falsificación y el contrabando de los agroquímicos (ÚH, 22/I/15).
Fue por eso, precisamente, que se dictó la resolución anulada, para saber qué es lo que contenían las cajas, bidones, etc., que llegaban con etiquetas dudosas. Con la derogación se le da luz verde a un sistema basado en el monocultivo, los transgénicos y el uso masivo de agroquímicos, no tan beneficioso para el país como se afirma en ciertos sectores.
Sin embargo, con el aumento de los cultivos de soja ha disminuido la producción de porotos y mandioca en el Paraguay. El aumento de los cultivos comerciales, en paralelo con la disminución de los cultivos de subsistencia, es un fenómeno común a los países de la región, según una investigación de 2012 y disponible en internet, con el título de Producción de soya en el Cono Sur de las Américas: Actualización sobre el uso de tierras y pesticidas.
En cierto sentido, se trata de una tendencia internacional: un estudio de la FAO afirma que el 70% de la alimentación del mundo depende de las pequeñas propiedades, y que el sistema del agronegocio no es sustentable por el daño que causa al medioambiente (Karla D. Maass Wolfensohn, Coping with the food and agriculture challenge, Roma, 2013, disponible en internet).
Apoya las afirmaciones de la FAO un estudio más reciente de la oenegé GAIN (www.grain.org ). Según el mismo, el sistema internacional del agronegocio no contribuye para nada a combatir el cambio climático, y no es el más productivo; las pequeñas propiedades agrícolas, con un cuarto de la tierra disponible a nivel mundial producen el 70% de los alimentos consumidos en todo el mundo; se precisa una reforma agraria, pero se ha efectuado una contrarreforma agraria, a causa del acaparamiento de la tierra para los emprendimientos comerciales.
Según el Centro Grantham de la Universidad de Sheffield (Inglaterra), el mundo ha perdido el 30% de su tierra cultivable en los últimos cuarenta años, como consecuencia del sistema agrícola actual y que, para evitar una mayor erosión cuando aumenta la población mundial, deben intervenir los gobiernos (información del Guardian, 2/12/15).
Antes que “liberalizar” más, nuestro Gobierno debería controlar más.UH