No cuidamos el recurso más valioso, el tiempo

Cuidamos del dinero que es un bien que podemos evitar que se use inadecuadamente, conseguimos aumentar su cantidad, si lo necesitamos más por poco tiempo podemos prestar, si lo necesitamos más por mucho tiempo podemos capitalizar.
Por Luigi Picollo
Director del Club de Ejecutivos del Paraguay
Los empresarios tenemos muchos sistemas de control del uso de nuestro dinero en nuestras compañías. En efecto, contamos con presupuestos formalmente aprobados, ejecución presupuestaria monitoreada, procesos de aprobación de pagos, pocas firmas autorizadas, auditorías internas, ISO 9000, etc.
Pero, como personas no tenemos los mismos cuidados con algo mucho más valioso que nuestro dinero, que es nuestro propio tiempo. Nadie puede ahorrar su tiempo, ni prestar el tiempo del otro. El tiempo es irrecuperable, insubstituible, solo se gasta. Sin tiempo no podemos ganar dinero, no podemos cuidar de nuestra salud, no podemos tener calidad de vida. El hombre más rico del mundo, y al igual que el más pobre, tienen ambos la misma cantidad de horas en el día. Solo varía como cada uno la utiliza. La calidad de como gastamos nuestro tiempo debería ser nuestra prioridad número uno.
Nuestro dinero nos lo cuidan nuestros contadores, auditores, gerentes, bancos, etc., pero nuestro tiempo lo cuidamos nosotros mismos, y estamos solos en esa tarea. Antes, la secretaria filtraba los llamados y la correspondencia física, hoy a nuestro celular llegan llamadas innecesarias de desconocidos, mientras que todo el planeta bombardea directamente nuestra casilla de email. La tecnología nos ha dejado sin fronteras ni guardianes para que todos nos roben tiempo. Las redes sociales, el Whatsapp, etc., nos roban tiempo leyendo lo que no es importante. La sociedad del conocimiento nos impuso la paranoia del “deber estar informados al instante que se desarrollan los hechos”, de los cuales el 99,99% de lo que ocurre no nos va a afectar de forma considerable. Todo nos consume tiempo al procesar tanta información irrelevante, y nos deja menos tiempo para trabajar en lo importante y lo trascendente.
Si vamos a hacer empresa en el siglo de la tecnología, vamos a tener que limitar el desperdicio de nuestro tiempo. Cada uno deberá de implementar su propia estrategia. Van algunas sugerencias.
a) Considerar que todo lo que compremos y tengamos lo pagamos con tiempo, a través de la atención y mantenimiento que todo consumirá. Lo menos importante es el costo financiero.
b) Incorporar como meta de cada funcionario el ahorrarle tiempo al jefe. Evitar copiar mails desnecesarios, preguntas irrelevantes, etc., para demostrar que está trabajando. Muchas veces el buen funcionario es el que resuelve todo sin hacer ruido.
c) Determinar que las reuniones físicas sean la última opción, para los asuntos que no se pudieron resolver por teléfono o por mail. Forzar a la sinceridad de una vez, para que se explique las cosas como son. El costo de una reunión comienza desde el momento que usamos nuestro tiempo para ir al estacionamiento a buscar nuestro vehículo para viajar al destino. Eso es muy caro!
d) Participar en la menor cantidad de grupos de spam posibles en todos sus formatos informáticos. Si alguien te necesita de verdad, te va a buscar por otros medios.
e) Identificar cuando una urgencia está disfrazando una falta de planificación, y sancionarla.
Los ladrones del tiempo tienen muchos nombres, pero todos buscan el bien más preciado que tenemos cual es nuestro tiempo. Pongámosle un freno, así nos va a quedar tiempo para crear la riqueza que el Paraguay necesita. El ritmo con que lo utilicemos sea según lo requiera la circunstancia. Y la pausa que debemos dar a la temporalidad de nuestra vida y de nuestras acciones no sea solo para descansar, sino también para reflexionar y luego obrar racionalmente. Así aprovecharemos el tiempo para el beneficio de la prosperidad. 5DIAS