Estrés laboral aumenta el riesgo de sufrir una isquemia cerebral

Trabajadores en puestos con mucha presión y con situaciones poco predecibles tienen hasta un 58% más de riesgo.
Trabajar en el sector servicios puede incrementar hasta un 58% la posibilidad de sufrir una isquemia cerebral. Empleos como el de camarero, auxiliar de enfermería o bombero están considerados como trabajos con un nivel de estrés tan alto que están relacionados con un riesgo mayor de accidente cerebrovascular, según un análisis de seis grandes estudios realizado por la Academia Americana de Neurología.
En este análisis, los expertos definen como estresantes los trabajos muy exigentes (presión por las fechas límite, carga psicológica, demandas múltiples.) y poco controlables; es decir, en los que se dan situaciones poco predecibles. Entre el 11% y el 27% de los participantes en los estudios analizados tenían un trabajo considerado de alto estrés y pertenecían al sector servicios, publicó el País, de España.
Los accidentes cerebrovasculares más comunes entre los trabajadores estresados son las isquemias, causadas por la obstrucción del flujo sanguíneo, que dificultan el acceso de la sangre al cerebro. Las personas con empleos muy exigentes y con poca posibilidad de control tienen un 58% más de probabilidades de sufrir una isquemia que los que tienen trabajos más tranquilos.
Los empleos muy exigentes pero en los que apenas se dan situaciones poco predecibles, en el día a día, no afectan a las probabilidades de sufrir este tipo de dolencia, como sucede con los arquitectos o los ingenieros.
Aunque las hemorragias cerebrales son un tipo de accidente cerebro vascular menos común que las isquemias, el análisis encontró que también lo sufren más las personas con empleos estresantes: estas tenían un 22% más de riesgo de hemorragia cerebral que los que tienen empleos más tranquilos. En las mujeres, el porcentaje aumenta hasta el 33%.
El tipo de trabajo no es la única causa directa de estas dolencias, la Academia Americana de Neurología valora distintas opciones. “Lo más probable es que los empleos de alto estrés conduzcan a comportamientos menos saludables, como los malos hábitos alimenticios, el tabaquismo y la falta de ejercicio, prácticas que aumentan las probabilidades de sufrir isquemias”, explica Dingli Xu, una de las responsables del metaanálisis.
“Es razonable valorar la necesidad de intervenciones destinadas a aumentar el control en los trabajos, como la descentralización de la toma de decisiones y la flexibilidad en la estructura de trabajo”, asegura Jennifer J. Majersik, miembro de la Academia Americana de Neurología.
El metaanálisis se publicó en la edición online de Neurology, la revista médica de la Academia Americana de Neurología.
Riesgo de accidente cerebrovascular
La Academia Americana de Neurología llegó a estas conclusiones tras analizar la investigación disponible sobre la tensión laboral y el riesgo de accidente cerebrovascular.
Los estudios analizados incluyen a 138.782 participantes que fueron seguidos entre 3 y 17 años.“Tener un trabajo estresante siempre se vinculó con enfermedades cardíacas, pero hasta ahora las investigaciones que relacionan el estrés y los accidentes cerebro vasculares mostraron resultados inconsistentes”, asegura Dingli Xu, una de las responsables del metaanálisis.
La probabilidad de sufrir ictus tiene que ver tanto con la exigencia del trabajo como con la capacidad de control que se tenga sobre él. Dingli Xu, reconoce que otros factores, como la presión arterial o el colesterol, no estaban bien recogidos en los estudios originales. Además, el trabajo físico y el número total de horas trabajadas no se incluyeron. LA NACION
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