“El EPP es manejado por mafias, y nada tiene que ver con lucha campesina”, opina sociólogo

Para el sociólogo Ramón Fogel, el grupo armado autodenominado Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP) está controlado por las mafias del norte del país y no tiene sustento ideológico, ni relación con la lucha campesina, sino que es funcional a los intereses de los “más ricos”.
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Fogel, quien es un destacado estudioso de la problemática de distribución de tierras en Paraguay, opinó en comunicación con ULTIMAHORA.COM que los ataques y atentados del EPP, “solo sirvieron para que el Estado, reprima con violencia a los campesinos más humildes de zonas en las que nunca hubo presencia estatal”, y señaló que el EPP es “como un fantasma”, porque no se lo ve.
“Cuesta asimilar por qué no son localizados, si bien los campesinos no van a cooperar con la Policía, al ser la fuerza que los reprime, lo más probable es que grupos mafiosos estén detrás de los asesinatos”, manifestó, al mismo tiempo de señalar que habrían muchos “polibandis que se presten a este juego”.
Recordó que la Masacre de Curuguaty, ocurrida el 15 de junio del 2012, es “el vivo ejemplo de cómo actúa la mafia en nuestro país” y que el Ejército del Pueblo Paraguayo “siempre fue funcional a los intereses de sojeros y terratenientes”, al propiciar el arresto y persecución de humildes labriegos.
Ramón Fogel recordó que para combatir al grupo armado, se necesita reducir la pobreza en el norte del país, y no recurrir a la extrema violencia.
“No se puede criminalizar a las luchas sociales”, indicó el sociólogo.
Esta misma posición es compartida por el estudioso, José Nicolás Morínigo, quien advirtió que se debe tener en cuenta la influencia del narcotráfico en esa zona, y reflexionó que “a la larga, la mafia puede penetrar en círculos del poder político”, como el caso de México y Colombia.
Consultado sobre si estos grupos influyen en la vida política del país, aclaró que eso tendría que comprobarse con el paso del tiempo.
El Ejército del Pueblo Paraguayo, EPP, recibió al nuevo gobierno de Horacio Cartes con su accionar más sangriento en los últimos tiempos: secuestró y ejecutó a 4 guardias y 1 policía del establecimiento ganadero Cororó, de la ciudad de Tacuatí, departamento de San Pedro. El Ministro del Interior, Francisco de Vargas, por primera vez, dio el mote de “terrorista” al grupo.UH
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