De culparlo de un crimen, a ser aliados

De culparlo de un crimen, a ser aliados
Por Juan Carlos Lezcano F.
Vueltas que dan la vida. La senadora colorada oficialista Mirtha Gusinky pasó de acusar a su colega Fernando Lugo de ser cómplice de los asesinos de su hija, Cecilia, a estar a favor de un proyecto de enmienda que lo habilitaría para un segundo mandato.
Los problemas entre los hoy senadores Mirtha Gusinky (ANR, Honor Colorado) y Fernando Lugo (Frente Guasú) comenzaron ya hace más de una década. En aquellos días, la hoy legisladora cartista acababa de sufrir el golpe más duro que podría recibir una madre: una de sus hijas, Cecilia, había sido asesinada por el grupo criminal EPP; y el senador de izquierda era todavía obispo.
Lugo había señalado en aquel momento, apenas meses después del hallazgo del cadáver de la joven que había sido secuestrada por el grupo criminal EPP, que el caso le había pasado “desapercibido”.
“A mí me gustó siempre estar enterado de las noticias, procuro estar informado, pero el caso del secuestro de Cecilia me pasó por alto, me pasó totalmente desapercibido. No hice inclusive ningún seguimiento, ni de las personas que estaban implicadas, porque no los conozco”, había afirmado el entonces obispo en una entrevista con ABC Color publicada el 6 de marzo de 2005.
Gusinky saldría al paso días después para criticar a Lugo. “Sentí una profunda indignación, me pregunté a mí misma, “Dios mío, si este es un sacerdote que tiene que predicar la palabra del Señor, que está formando mentes y espíritus jóvenes, que está dando orientación, ¿qué se puede esperar? Me asusté, sentí rabia”, afirmaría la hoy senadora también en entrevista con nuestro diario.
Años más tarde, a principios de 2008 y cuando Fernando Lugo ya había lanzado su candidatura a la Presidencia de la República, Gusinky llegó a grabar un video en el que pedía que no se votara por él. “Aunque él (Fernando Lugo) lo niegue, queda claro que conoció a varios de ellos (los secuestradores de Cecilia, su hija), los había formado en su diócesis de San Pedro, conversaba con ellos y los ayudaba. Lo más indignante es que los apoya hasta hoy”, decía Gusinky en el material audiovisual.
La ex primera dama llegó a decir que el ex obispo de San Pedro gestionó el asilo político de varios procesados que hoy están fuera del país ante los gobiernos de Venezuela y Bolivia. “A él le debo que tengo que seguir luchando y peleando para que no se conceda asilo político a criminales que participaron en el caso”, puntualizó.
“Para mí es como una película de terror ver a estas personas pretendiendo apoderarse de la presidencia de nuestro querido Paraguay”, afirmaba tajante para luego terminar pidiendo que no se votara por la candidatura presidencial de Fernando Lugo.
La oposición acusó en aquel momento al oficialismo colorado de utilizar el dolor de una madre para la campaña proselitista. De hecho, el entonces presidente, Nicanor Duarte Frutos, llegó a mencionar el nombre de Cecilia Cubas en varias oportunidades durante discursos electorales.
“Es mi deber como madre, y en honor a mi hija, advertir a la ciudadanía sobre el peligro que representa votar por monseñor Fernando Lugo”, señalaría Gusinky el 20 de abril de 2008, el día en el que Lugo se terminaría imponiendo sobre la candidata colorada, Blanca Ovelar.
En 2010 y ya con Lugo como presidente de la República, Gusinky llegaría a afirmar que el grupo criminal EPP tenía sus tentáculos dentro del Gobierno y en reiteradas ocasiones afirmó que el entonces presidente demostró que no pretendía erradicar al grupo criminal, ya que no se obtuvieron buenos resultados para detener a todos los integrantes del grupo armado.
En 2011, cuando había anunciado su candidatura a la senaduría, Gusinky seguiría cargando contra Fernando Lugo. “Yo no puedo decir que Lugo contribuyó al secuestro, pero es muy llamativo que en su momento, cuando ya había trascendido las fronteras el secuestro de mi hija, él dijo que ignoraba el hecho, cuando se le preguntó. A mí me llama la atención que hoy no exista una decisión política para terminar con el EPP. Esa es mi protesta. Allí también radica mi esperanza de que esto vamos a cortar de raíz de la mano de un gobierno colorado”, afirmó.
Ya en mayo de 2013, luego de que se confirmara su ingreso al Poder Legislativo, Gusinky llegaría a afirmar incluso que no quería estar cerca de Lugo en la sala de sesiones y lo acusó de ser un desequilibrado. “No voy a anteponer nunca mis obligaciones hacia el interés común por mis afectos personales; pero así también por ningún cargo del mundo voy a cambiar mi posición con respecto a Lugo”, señalaría.
“Creo que no tiene la mente en orden. Ha cometido demasiadas conductas que realmente distan de un ser equilibrado. Para mí es una persona que no tiene ningún valor”, agregaría.
Pero las cosas aparentemente sí cambiaron. Es que la senadora oficialista, una de las más férreas defensoras de Cartes en el pleno de la Cámara Alta del Legislativo, está dispuesta a votar por un proyecto de enmienda para establecer la reelección presidencial, algo que no solo favorecería al actual presidente, sino que también a Fernando Lugo, ese contra el que tanto despotricó la legisladora colorada.
La legisladora indicó que ella sabe “separar lo personal de lo político”, aunque cuando Lugo se candidató en 2008 fue una de las principales operadoras contra el exobispo, a quien ahora apoyará con su postura.
“No puedo hacer nada solo para impedir que Lugo llegue a la Presidencia. Quiero dormir de acuerdo a mi conciencia. No puedo evitar hacer algo que sí es anticonstitucional. La enmienda sí es constitucional”, manifestó Gusinky.
En otro momento, reprochó a quienes están en contra de la postura del oficialismo y opinó que ellos “están llamando a la gente a morir. Los que están llamando a un nuevo Marzo Paraguayo, ¿por qué no van a inmolarse con sus hijos? Que se vayan ellos con sus hijos”, aseguró. “No hay artículo que prohíba la enmienda para la reelección”, concluyó la legisladora.
Cambia, todo cambia…